Lunes 12 de noviembre de 2018, p. 5
El uso de una terminal aérea aledaña como alternativa a la falta de capacidad del Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (AICM) tendría un efecto negativo en la conectividad del sistema aeroportuario del país. Además, usuarios tardarían hasta tres horas en trasladarse de la capital a cualquier otro aeropuerto cercano.
Pero no sólo eso, un estudio de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) publicado en 2014, poco después de que el presidente Enrique Peña Nieto anunció la decisión de edificar un nuevo aeropuerto en Ciudad de México, asevera que aumentarían los costos operativos de aerolíneas.
“Todo esto se traduciría en la pérdida de posibilidad de que el AICM se convierta en un hub regional (centro de conexión de un aeropuerto importante del que salen y al que llegan vuelos de larga distancia que se realizan mediante aviones de gran capacidad) a pesar de tener buena posición geográfica para conectar flujos entre diferentes países y regiones de América”.
Además afirma que el Aeropuerto Internacional de Toluca tiene limitaciones, principalmente relacionadas con su ubicación, ya que se encuentra a 2 mil 667 metros sobre el nivel del mar, muy cerca del tope global establecido para permitir el despegue de ciertos aviones y en verano el calor reduce la eficiencia de los motores. Asimismo está rodeada de cerros, existen obstáculos fijos como equipos de comunicación y grandes estructuras urbanas, las cuales limitan la capacidad operacional.
Para Fernando Gómez Suárez, analista del sector aeronáutico, uno de los grandes errores de administraciones anteriores es que han mandado vuelos de itinerario fijo a competir con el AICM, y si el gobierno electo lo repite volvería a fracasar un sistema alterno. Precisa que se deben consideran a estos aeropuertos con otra vocación, es decir, que el de Puebla sea para carga, y el de Toluca para avionetas y jets ejecutivos tanto privados como del gobierno federal, lo cual desahogaría hasta 30 por ciento las operaciones de la actual terminal aérea.
Si lo que quieren es mandar a las empresas comerciales como Aeroméxico e Interjet y las de bajo costo al estado de México, sería un grave error. Los malo es que las actuales autoridades lo plantean como un mecanismo de aeropuerto para competir, cuando en realidad en ningún esquema de un sistema de aeropuertos de otros países lo propone así
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