Jueves 1º de noviembre de 2018, p. 14
Su voluntad fue inquebrantable. Nunca perdió la esperanza y ayer rindió frutos. Fueron 13 años de incertidumbre sin saber de su hijo que un día partió hacia el norte en busca de las oportunidades que Honduras no le daba. Trece años de ausencia y no saber de él: si estaba vivo, solo, si comía, dormía, si era feliz. Nada, no sabía nada. Pero ayer lo volvió a ver y rompió en llanto.
Doña Sara Meléndez se notaba ansiosa, desesperada por ver de nuevo el rostro de Fredy, quien hoy tiene 35 años y ha hecho su vida en México. No dejaba de temblar, emocionada lo buscaba por todos los rincones de la casa Jaime Sabines, en San Ángel, donde ayer se dio el primer encuentro de mujeres migrantes de diferentes partes del mundo que buscan a sus hijos desaparecidos. La alcaldía de Álvaro Obregón les ofreció anoche una cena en este espacio.
Fueron miles de kilómetros los que Sara recorrió para poder abrazar de nuevo a su muchacho, que la esperaba con rosas rojas. Te amo
, le dijo la mujer. Y se fundieron en un largo y emotivo abrazo que conmovió a los presentes. Vítores, aplausos, felicidad por ese encuentro que representa el objetivo último de esas valientes mujeres que año con año se suman en caravana y desde Centroamérica vienen a México en busca de sus hijos desaparecidos. Un encuentro que refleja que la voluntad vale la pena y que da esperanzas a todas para algún día, verse en ese lugar.
Sara es una de las impetuosas madres que forman parte de la Caravana de Mujeres Centroamericanas que ayer llegó a Ciudad de México procedente de Morelia, Michoacán, y que desde hace unos días salieron desde América Central para recorrer la ruta migrante, esa que habrían seguido sus hijos y de quienes no saben nada.
La emoción les impedía hablar. ¿Por qué se separaron?, se les preguntó. Porque allá no hay oportunidades, no hay trabajo
, respondió la mujer. Así curaba un largo dolor por no saber de su hijo. Fue apenas hace dos meses, dijeron, que pudieron entablar comunicación telefónica por primera vez en 13 años. Fue entones que Sara se decidió: tenía que sumarse a la caravana, sin importar las largas jornadas ni la distancia. Estoy feliz, muy feliz
, fueron las únicas palabras que ella pudo expresar.
La caravana ha recorrido miles de kilómetros para llegar a Ciudad de México. Ha sido un largo trayecto, pero nada es tan complicado ni ninguna barrera se interpondrá hasta alcanzar su objetivo: localizar a sus hijos desaparecidos. Buscan pistas, elementos, pruebas, todo es valioso para hallar a los suyos.
Anoche llegaron a la capital del país, se encontraron con mujeres de otras naciones, particularmente de África, que viven la misma situación: la incertidumbre de no conocer el paradero de sus hijos.
En el contexto del Foro Social Mundial de las Migraciones, que se celebrará del 2 al 4 de noviembre en el Centro Universitario Cultural Tlatelolco, participarán en la Cumbre Mundial de Madres de Migrantes Desaparecidos, en la que por primera ocasión se reunirán mujeres provenientes de África, Europa, Asía y América para compartir experiencias y luchas. Será el espacio para un encuentro histórico
entre madres de Magreb, Mauritania, Senegal, Argelia, Túnez, Italia, áreas del Pacífico Asiático, Estados Unidos, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala y México.