Para obtener créditos con la banca comercial, los gobiernos estatales y municipales han puesto en garantía las participaciones federales y actualmente sus compromisos por 580 mil 644 millones de pesos representan 81 por ciento de los fondos federales que se les asignan cada año.

Se trata de obligaciones con los bancos que presionan las finanzas de gobiernos de los estados y municipios, porque ese monto les deja sólo 19 por ciento de participaciones para su operación.

Esta situación se da a pesar de que con el ahorro de los trabajadores –a quienes no se garantiza una pensión mínima– también se han otorgado a los estados desde las Afore 18 mil 671 millones de pesos para infraestructura, principalmente en carreteras, según cifras del más reciente reporte de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) entregado al Congreso.

Además, ese informe indica que por composición de las carteras de inversión de las Siefore, el monto destinado a estados y municipios representa 0.6 por ciento del total.

A esto se agrega el hecho de que, según los indicadores del financiamiento de estados y municipios reportados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) a la Cámara de Diputados, el saldo de la subdeuda nacional representa –al cuarto trimestre de 2017– 27.7 por ciento de los ingresos totales de los gobiernos locales, provenientes del ramo 28, destinados como parte de las compensaciones del pacto federal.

Esto es, ingresos por participaciones federales, impuestos, derechos, productos, aprovechamientos, transferencias federales, sin considerar montos extraordinarios por financiamiento, así como predial y derechos de agua.

La información histórica presentada por la SHCP a la Cámara de Diputados indica que en 2001 estados y municipios enfrentaban deudas por 100 mil 243 millones de pesos, 1.9 por ciento del PIB.

Al concluir el sexenio (2006), el monto ascendió a 160 mil 93 millones de pesos, 1.6 por ciento del PIB, y comenzó a dispararse al año siguiente, cuando se incrementó a 186 mil 470 millones, 1.7 por ciento del PIB.

En el siguiente sexenio, la deuda se había casi cuadriplicado, al llegar a 434 mil 761.2 millones de pesos, esto es, 2.9 por ciento del PIB, debido a que la práctica de contratar créditos para financiar el gasto estatal y municipal se realizó sin freno.

Mientras en 2001 los créditos con la banca comercial representaron 50.9 por ciento de las participaciones federales, en 2007 subió a 56 por ciento y en 2012 se disparó hasta 88 por ciento.