El subsecretario de Hacienda y Crédito Público, Miguel Messmacher Linartas, afirmó que México hoy día tiene una tendencia a la baja en su endeudamiento público, y esa trayectoria, que ya vimos en 2017, se repetirá este año.

Aseguró que la situación mejoró y que ha habido enormes cambios en oportunidades de inversión en la economía mexicana, así como desde el punto de vista monetario, fiscal y financiero; hemos venido creando todas las fortalezas que creemos necesarias e importantes para hacer una buena entrega de la administración, gane quien gane las elecciones presidenciales, subrayó.

Anticipó que es poco probable realizar ajustes fiscales en respuesta a la reforma de Estados Unidos, porque no podemos deteriorar la postura fiscal con el fin de financiar un recorte de impuestos. Además, “no vamos a aumentar el déficit público ni el endeudamiento público para financiar cualquier disminución en la carga tributaria.

Creemos que si bajamos impuestos, pero aumentamos el déficit o el endeudamiento público, terminaría siendo perjudicial para la economía, con mayores tasas de largo plazo, cuestionamientos sobre la calificación crediticia del soberano y terminaríamos con un efecto más negativo que positivo.

Explicó que cualquier ajuste que se pondere al marco tributario mexicano tendrá que venir fondeado como un recorte de gasto o tener medidas compensatorias desde el punto de vista de ajustes a deducibilidades o aumentos a otros impuestos.

Al participar en el 13 Summit de Capital Privado en México, Messmacher Linartas consideró que es importantísimo el decremento en el endeudamiento del país, cuando menos en dos vertientes: uno, porque el sector público empieza a bajar el endeudamiento como porcentaje del producto interno bruto, lo que quiere decir que quedan más recursos financieros disponibles en la economía para destinarlos a proyectos de inversión privados.

El segundo, agregó, es que se mandan señales de sostenibilidad fiscal y financiera hacia adelante.

Otro gran elemento –además de estas políticas fiscales prudentes y conservadoras que llevaron a este mejor desempeño de la economía mexicana dado el entorno internacional– fue la agenda de las reformas estructurales con las cuales se abre toda una serie oportunidades de inversión y desarrollo en prácticamente todos los sectores de la economía mexicana.

Recordó que con la reforma energética se cuenta con un portafolio de nuevas inversiones por 200 mil millones de dólares.