Efectivos de la Marina Armada de México detuvieron en Matamoros, Tamaulipas, a José Alfredo Cárdenas Martínez, El Contador, identificado como jefe de plaza y uno de los principales líderes del cártel del Golfo, además de ser sobrino del ex líder de este grupo, Osiel Cárdenas Guillén. Desde el año pasado se disputa con otras células el control de ese grupo delictivo, lo que ha desatado balaceras en la entidad.

Aunque no está dentro de los 122 objetivos del gobierno federal, concretar su captura era considerado muy relevante por el gabinete de seguridad federal.

Cárdenas Martínez, también conocido como El Sobrino, es ubicado por la Administración para el Control de Drogas estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés) como uno de los principales líderes de la agrupación, junto con José Antonio Romo López, jefe de plaza en Tamaulipas. El capo fue detenido en el fraccionamiento San Francisco, durante un operativo con datos obtenidos por denuncias anónimas y labores de inteligencia, detalló más tarde la Marina. La movilización comenzó desde el domingo por la noche y terminó este lunes con su captura.

Cárdenas Martínez se convirtió en uno de los líderes del cártel del Golfo después de la detención de Osiel Cárdenas. De acuerdo con fuentes federales, desde el año pasado se encuentra en disputa por el control de este grupo criminal con Luis Alberto Blanco Flores, El M28, también vinculado con el mismo cártel.

En octubre pasado se reportaron balaceras en Reynosa entre presuntos integrantes de ambos bandos, quienes buscan el control de aduanas, robo de combustible, trata de personas, secuestro, trasiego de drogas y narcomenudeo.

Uno de los aliados de Cárdenas es Petronilo Moreno Flores, El Metro 100 o Comandante Panilo, y quien presuntamente fue abatido el mes pasado.

A pesar de considerar al cártel del Golfo como uno de los principales del país, en su último informe anual emitido en octubre de 2017, la DEA señala que dicho grupo recientemente ha perdido fuerza y ha experimentado una rápida rotación en liderazgo.

Detalla que se dedica principalmente en el tráfico de marihuana y cocaína, pero también se ha expandido recientemente a la heroína y metanfetamina. La DEA señala que cada semana ese grupo delictivo llega a pasar 100 kilogramos de cocaína a Estados Unidos.