Los cadáveres de Ignacio Juárez Rojas, quien fue director de Seguridad Pública (SSP) en el municipio de Elota, Sinaloa, y su escolta, Alfonso Beltrán Jiménez, fueron encontrados el viernes pasado en una fosa clandestina ubicada en campos agrícolas de la sindicatura de Costa Rica, municipio de Culiacán.

Ambos fueron levantados el viernes 5 de enero cuando comían en el restaurante Hermanos Carrillo, a 30 metros de la dirección de seguridad pública municipal. Juárez Rojas y su guardaespaldas fueron sometidos por hombres armados que los subieron a dos camionetas: una Chevrolet y otra Cheyene color blanco.

Según la Fiscalía del estado un reporte anónimo a la central 4 alertó a los investigadores a trasladarse a los poblados El Mezquitillo y Campo Eureka, situados en la sindicatura de Costa Rica, donde hallaron los dos cuerpos. Hasta la medianoche corroboraron que coincidían con las descripciones de las personas desaparecidas en Elota.

La dependencia detalló que en el sitio también se localizaron por lo menos seis casquillos de 9 milímetros, balas con las que presuntamente fueron ultimados los dos elementos policiacos. Los cuerpos estaban en avanzado estado de descomposición y podrían haber sido asesinados el mismo viernes 5 de enero.

Detalló que se integró la carpeta de investigación 60/2018 en la agencia del Ministerio Público Especializada en Desapariciones Forzadas región sur por privación de la libertad. Los ‘cuerpos de Juárez Rojas y Beltrán Jiménez fueron trasladados al Servicio Médico Forense de Culiacán para las pruebas de ley.

Desde el 7 de enero las fuerzas de seguridad habían desplegado un operativo para encontrar a Juárez Rojas, teniente coronel retirado, quien había rendido protesta en junio del año pasado, en sustitución del comandante Raúl Ramírez Pineda.

El 9 de enero el subsecretario de Seguridad Pública estatal, Cristóbal Castañeda Camarillo, aseguró que en el municipio de El Dorado, Sinaloa, las fuerzas policiacas habían retenido una camioneta que coincidía con las características de las que habían usado los secuestradores del jefe policiaco y su guardia.

Un enfrentamiento entre personal del Ejército Mexicano y presuntos delincuentes se registró en el poblado El Saladito, municipio de Elota, Sinaloa. Elementos castrenses efectuaban labores de reconocimiento terrestre cuando fueron agredidos con disparos por seis civiles que iban en cuatro vehículos.