Las revelaciones que hizo Iván Reyes Arzate, ex director de enlace de la Policía Federal (PF) con la Agencia Antridrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), puso en riesgo la identidad de agentes infiltrados en el cártel de los hermanos Beltrán Leyva e impidió la detención de uno de los actuales líderes de esa organización delictiva, indicaron funcionarios federales.

Señalaron que Reyes Arzate habría colaborado con dicha organización delictiva, sin tener la fecha precisa de cuándo empezó, y que sólo por la detección de una filtración de datos sobre un operativo que se realizaría en noviembre de 2016, y del cual conocían muy pocos integrantes de la División Antidrogas lo identificaron.

Presuntamente, el operativo que se llevaría a cabo estaba dirigido a la detención de uno de los jefes de la organización criminal, y para ello se aprovecharía su asistencia a un encuentro con otros miembros del cártel.

La operación había tardado varios meses en concretarse, luego del intercambio de información entre la División Antidrogas de la PF y la DEA, y la asistencia del líder del cártel estaba asegurada, pero una llamada y posteriormente una fotografía que fue recuperada en otra acción dio evidencia concreta de la filtración.

Desde noviembre, explicaron las autoridades mexicanas consultadas, se le quitó la responsabilidad de ser el enlace de la PF con la DEA. Fue suspendido de su encargo y se le puso vigilancia en México. Al detectar que estaba siendo observado, Reyes Arzate viajó a Estados Unidos; el órgano de asuntos internos empezó una investigación, pero como no existían elementos de prueba no se le puso a disposición del Ministerio Público Federal.

Reyes Arzate decidió entregarse a la fiscalía de Chicago, donde enfrentará cargos por obstrucción de una investigación binacional, y ya compareció ante jueces de ese país.