En un año y cuatro meses Alfredo Castillo acabó con el deporte: ahora sus amigos policías son los que manejan el alto rendimiento. Para mí es un fracasado y fue un error del presidente Enrique Peña Nieto ponerlo en la Conade (Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte). A los federativos nos trata como hampones y a los deportistas como delincuentes, afirmó Alonso Pérez González, presidente de la Federación Mexicana de Beisbol y ex titular de la Confederación Deportiva Mexicana (Codeme).

Los escándalos en los que se ha visto involucrado el director de la Conade en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, no le sorprenden a Pérez.

¿Qué se puede esperar de un policía frustrado incrustado en el deporte mexicano? Nada benéfico, más que mal y daño. Acabó con todo: la Olimpiada Nacional, la Universiada y además el deporte escolar no está en la reforma educativa; en Río es de risa lo que hace, subraya Alonso Pérez.

El hombre que dirige los destinos del beisbol desde hace 27 años y al que en varias ocasiones ha sido señalado de dictador y corrupto por Alfredo Castillo, fue de los primeros federativos a los que el titular de la Conade demandó por malos manejos y falta de comprobación de recursos.

Desde su arribo, el 14 de abril de 2015, Castillo no ha dado tregua. Se enfrascó en confrontaciones que están en los tribunales con Ricardo Contreras, de la federación de boxeo, y Antonio Lozano, de atletismo. De ambos pidió públicamente que rodaran sus cabezas.

Retiró los recursos a tiro con arco (dirigido por Effy Sánchez) y desconoció a los titulares de lucha (Artemio Izquierdo) y frontón (Eduardo Villegas), para poner a personas allegadas a él.

Hace 11 meses, la arquera Aída Román, quien en Río de Janeiro no repitió el podio individual como en Londres 2012 (obtuvo plata), recibió de Castillo un trato de delincuente.

La acusó de que junto con Juan René Serrano programaban competencias en el extranjero para irse a pasear como la Copa del Mundo en Polonia, –donde lograron presea en la prueba mixta, un resultado que para él no valía. Los arqueros pagaron sus gastos y se presentaron, como en otras competencias, con uniformes parchados.

El tema de los gafetes ha sido siempre un asunto espinoso en todos los niveles. Los directivos prefieren llevar a familiares o amigos a los Juegos Olímpicos e ignorar a entrenadores y médicos.

Castillo y su acompañante Jaqueline Tostado Madrid, con uniforme de gala que compró la Conade (15 mil pesos cada uno) estaban ansiosos por desfilar con la delegación en la ceremonia de inauguración de la justa brasileña, pero no se los permitieron.

La medalla incómoda

Los días pasaban en Río con los escándalos de Castillo culpando a Carlos Padilla, presidente del Comité Olímpico Mexicano, y las federaciones, porque los resultados no se daban y, para colmo, declaró que la Conade era una agencia de viajes.

El milagro de la ansiada medalla llegó en el deporte al que tanto le ha pegado Castillo: el boxeador Misael Rodríguez aseguró el bronce en la categoría de 75 kilogramos y buscará alcanzar lo más alto del podio si gana este jueves.

El recorte de recursos a una federación que Contreras maneja desde hace un cuarto de siglo –dos medallas olímpicas con Cristian Bejarano, bronce en Sydney 2000, y la que hasta el momento se ha colgado el Chino Misael en Río de Janeiro 2016–, detonó otro bochornoso capítulo en la que se convirtieron en héroes, víctimas y villanos, pues varios seleccionados salieron a las afueras del COM para botear y poder pagar su viaje al Mundial de Qatar 2015.

Ese hecho Castillo lo calificó como manipulación, lo que ayer fue respaldado por Mauricio Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo, quien acusó a los directivos de malos manejos. He visto como los quieren apoyar, pero ellos sólo quieren que se les dé dinero y que ellos lo van a repartir. Además, a los boxeadores sólo los utilizaron para sus fines políticos, dijo.

En Brasil y en diversos medios, Contreras dijo que los púgiles firmaron pagarés a la Conade, que los uniformes de com- petencia de los seis seleccionados están fiados, que los entrenadores no cobran desde hace 11 meses y que ni un peso ha recibido del órgano rector en la gestión de Castillo, pero no nos importa, el resultado se obtuvo y ahí está. El tiempo pondrá a todos en su lugar.