El Gobierno de la Ciudad de México y el Senado formalizaron ayer el uso de la vieja casona de Xicoténcatl, en el Centro Histórico, como sede de la Asamblea Constituyente que redactará la constitución capitalina.

Los titulares de ambas instancias, Miguel Ángel Mancera Espinosa y el Roberto Gil Zuarth, firmaron ayer un convenio de colaboración en el que acordaron asumir los costos de operación, logística y servicios parlamentarios con su gasto corriente.

Sin embargo, el Ejecutivo local no descartó que haya una partida para la constituyente, que se ejercerá conforme se requiera, aunque no precisó el monto.

El acuerdo establece el uso de la antigua sede del Senado, incluidos el sistema de votación, audio, equipos de cómputo e Internet, cuyo costo estará a cargo de la Cámara de Senadores, así como el mantenimiento del inmueble y servicios parlamentarios para la realización de las sesiones.

El gobierno capitalino tendrá la responsabilidad de proveer recursos en especie, la logística y seguridad necesaria, así como los servicios legales que pudieran derivar de los trabajos legislativos, además de los administrativos.

Mientras, en la Asamblea Legislativa, ante coordinadores territoriales de más de 30 pueblos originarios de la ciudad, diputados constituyentes electos reconocieron las prácticas de organización y gobierno que han preservado sus comunidades, aun sin estar formalmente establecidas en los ordenamientos legales.

Asimismo, diputados locales se comprometieron a incluir la ley en materia de derechos de las comunidades indígenas entre las leyes secundarias que expedirán una vez aprobada la carta magna.