En el país hay mil 71 municipios, 43 por ciento del total, con alta y muy alta vulnerabilidad ante el cambio climático, y la agricultura es el sector productivo con mayor riesgo, ya que los periodos de lluvia, básicos para varios cultivos, se han modificado, advirtieron expertos del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (Imta).

En el Atlas de vulnerabilidad hídrica ante el cambio climático, presentado por el instituto, se advierte que los más sensibles son los estados más pobres del país: Chiapas, Veracruz, Oaxaca y Guerrero. En ellos hay 18 municipios de mayor riesgo durante la temporada de lluvias.

Mario López, coordinador de Hidrología del Imta, explicó en un taller sobre el tema que por su ubicación, esos estados –al igual que Quintana Roo– están en riesgo por ciclones, además de que enfrentan vulnerabilidad social y natural. El documento plantea que los efectos del cambio climático son más significativos para los pobres de los países en vías de desarrollo.

El atlas ubica en el país cuatro zonas que requieren estrategias inmediatas de adaptación para reducir la vulnerabilidad hídrica superficial, ya que hay efectos del cambio climático en la disposición de este recurso. Se trata de la zona metropolitana del Valle de México, el norte de Sinaloa, la cuenca del río Conchos y el norte de la cuenca Lerma Chapala.

El documento advierte que para reducir daños de futuros eventos meteorológicos, que ocasionan lluvias extremas, se deben enfocar las labores de planeación, prevención y reducción de la vulnerabilidad de las distintas regiones del país.

Explica que los componentes de vulnerabilidad son el grado de exposición, lo cual tiene que ver con el cambio en la precipitación anual, la brecha hídrica y los antecedentes de sequía; la sensibilidad, que incluye el impacto a la agricultura, el PIB y la población al año 2030, y el último factor es la capacidad de adaptación, es decir, el grado de explotación en los acuíferos.

En cuanto a la agricultura, uno de los granos más sensibles al cambio climático es el frijol. Hay varias zonas de agricultura de riego que son vulnerables, además de que los siniestros en estos cultivos se han elevado en las recientes décadas. Ejemplifica que en el ciclo 2010-2011 resultaron afectadas 650 mil hectáreas.

Detalla que el incremento en la temperatura afectará cultivos del ciclo primavera-verano y entre 17.5 por ciento y 30.8 de la superficie bajo riesgo es de alta y muy alta vulnerabilidad.