Mientras no sean incorporadas al programa de emergencia ambiental las industrias y servicios que usan solventes orgánicos ni se amplíen las medidas de contingencia a los 60 municipios mexiquenses que conforman la zona metropolitana del valle de México –no los 18 hasta ahora incluidos–, será muy difícil reducir los niveles de ozono.

Investigadores del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México subrayaron que estas medidas iniciales, junto con otras de fondo, se hacen cada vez más necesarias para hacer frente al creciente deterioro del ambiente.

Especialistas de la máxima casa de estudios advirtieron que los peligros asociados a las altas concentraciones de ozono son la irritación en vías respiratorias y el riesgo de ataques de asma. Por ello, recomendaron a la población suspender las actividades deportivas, recreativas u otras al aire libre; mantenerse hidratado, principalmente durante los elevados índices de ozono, y permanecer el mayor tiempo posible en lugares cerrados.

Tras insistir que el Hoy no circula es sólo una medida de emergencia, advirtieron que el problema de fondo es la expansión urbana desordenada, que afecta no sólo la calidad del aire, sino también las áreas naturales protegidas, cultivos y recursos hídricos. Es decir, atenta contra la sustentabilidad y viabilidad de toda la zona metropolitana.

Es necesario revisar, homologar y reforzar el ordenamiento territorial en todas las entidades de la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe), plantearon.