La Habana.

Cientos de miles de trabajadores cubanos marcharon este domingo hasta la Plaza de la Revolución en apoyo a las medidas de flexibilización económica del presidente Raúl Castro, quien presidió la movilización por el Día del Trabajo y que este año incluyó en sus proclamas de socialismo otras de solidaridad con los amenazados gobiernos de Brasil y Venezuela.

Los trabajadores estatales cubanos respaldaron la actualización del modelo económico que impulsa desde 2008 el gobierno de Castro, que incluye una cautelosa apertura al sector privado y a las inversiones extranjeras. De los casi 5 millones de trabajadores cubanos, 71 por ciento por ciento labora en el sector estatal, según las estadísticas oficiales.

Como cada aniversario, empleados y estudiantes desfilaron desde primeras horas en varios puntos de la isla para celebrar el 1º de mayo bajo la orientación de la dirigencia revolucionaria. Sólo en La Habana participaron unas 600 mil personas –citó la prensa estatal–, que al grito de consignas y con carteles de apoyo al socialismo llenaron la emblemática Plaza de La Revolución.

Este 1° de mayo es una jornada también para denunciar las maniobras dirigidas a debilitar los procesos de integración regional de nuestra América, revertir los avances alcanzados en las políticas sociales y desestabilizar a los gobiernos de izquierda y progresistas en el poder, afirmó el líder sindical Ulises Guilarte, en alusión a Brasil, Bolivia, Ecuador, El Salvador y Venezuela.

En Chile los trabajadores también salieron a las calles de Santiago para exigir mejoras sociales en dos marchas paralelas, una de las cuales registró incidentes violentos. Las marchas tuvieron lugar en momentos en que la presidenta Michelle Bachelet anunciaba que estudiará ajustes a una reforma laboral aprobada en el Congreso en abril, pero rechazada por la oposición y el empresariado.

En tanto, el presidente argentino Mauricio Macri, en cuyos cuatro meses de gobierno han sido despedidos unos 130 mil trabajadores de los sectores público y privado, renovó sus críticas al gobierno de su antecesora Cristina Fernández de Kirchner al afirmar que desde hace cinco años no se generan empleos de calidad en el país y denunció que se ocultó el desempleo con trabajo público inútil.

Macri presidió un acto en el sindicato de trabajadores gastrónomicos en Buenos Aires, después de la masiva movilización gremial del viernes en repudio a la inflación y los despidos que ocurren desde su asunción en diciembre. Calificó de trabajo público inútil el aumento de contrataciones en los sectores públicos a nivel nacional, provincial y municipal en los últimos años.

Miles de ecuatorianos participaron en la tradicional marcha por el Día del Trabajo, esta vez para honrar a las 660 personas que murieron en el terremoto de magnitud 7.8 que azotó el pasado 16 abril el norte de Ecuador, y en solidaridad con los 22 mil damnificados, principalmente en la ciudad de Manta y Manabí, las zonas más afectadas; también se manifestaron en rechazo a la ley laboral y el aumento al IVA.

El sábado, el presidente Rafael Correa anunció algunas privatizaciones para financiar la reconstrucción tras el sismo, entre los que mencionó la venta de una hidroeléctrica y otros activos.

Evo Morales, presidente de Bolivia, festejó a los trabajadores con el anuncio de un aumento de 9 por ciento al salario mínimo, y varias medidas de austeridad que incluyen el congelamiento de su propio sueldo. Celebró también 10 años de la nacionalización de la industria petrolera del país.

Hubo celebraciones de diversas centrales gremiales obreras en Paraguay, Uruguay, Costa Rica, El Salvador, Guatemala y Honduras. En este último país miles de hondureños exigieron castigo para los asesinos de la ambientalista Berta Cáceres.

En Los Ángeles hubo una marcha en apoyo a la inmigración: queremos una nueva vida con trabajo, fue la consigna.