La transición de la capital danesa a una economía verde data de los años 70
Lunes 28 de marzo de 2016, p. 39
Copenhague.
Como parte de su compromiso con la producción de energías renovables, la capital de Dinamarca muestra a sus visitantes una planta incineradora de basura mediante la cual provee de electricidad y calefacción a la urbe. Sumado a ello, presume la construcción de una nueva que, se prevé, estará lista en 2017 y mejorará el procedimiento para la generación de energéticos.
La primera, el Amager Resource Centre (ARC), se ubica en la periferia de la ciudad. En sus 15 centrales de recolección se reciben diariamente los residuos sólidos generados por 600 mil habitantes y 68 mil negocios y empresas del área. Las cifras del ARC refieren que en 2014 captó 99 mil 660 toneladas de basura, de las cuales 89 por ciento se recicló, 9 por ciento se destinó a la recuperación de energía y sólo 2 por ciento fue a parar a los rellenos sanitarios.
Las cifras contrastan con la realidad de México, pues en el país se recicla 14 por ciento y 70 por ciento va a los 203 rellenos existentes, según información gubernamental. Al año se originan más de 42 millones de toneladas de residuos sólidos, con lo que se podría llenar 231 veces el estadio Azteca. Pero únicamente en los municipios de Aguascalientes, Querétaro, Juárez, León, Mérida, Naucalpan, Puebla, Tlalnepantla y la zona metropolitana de Monterrey existen plantas de separación y de composta, así como estaciones de transferencia, que reducen la cantidad de desechos que va a los tiraderos.
La producción de calor y electricidad en Copenhague mediante la incineración de basura no es reciente. ARC empezó a generar la primera planta en 1970 y la segunda en 1990. En 2014 produjo 760 mil megavatios hora para calefacción urbana y 190 mil de energía eléctrica, lo que equivale al consumo de 150 mil hogares.
ARC recicla madera, plástico, materiales de construcción, vidrio, metal, papel, baterías, llantas, cables y electrónicos, entre otros productos. Dada la cultura ciclista que hay en la ciudad, también se recuperan partes de bicicletas y se envían a un taller para su reparación y reutilización.
Con el propósito de reducir el bióxido de carbono que se genera en la producción de ladrillos, se ha optado por reciclarlos. Aunado a ello, algunos residuos de la incineración se usan para la construcción de caminos, con lo que se ahorra grava.
La construcción de ARC y la próxima inauguración de Copenhill, como se llamará la nueva planta, se inscriben en una estrategia gubernamental que busca reducir la generación de energía a partir de combustibles fósiles y aumentar la proveniente de recursos renovables. En la actualidad, 33 por ciento se produce por esta última vía y la meta es llegar a 50 por ciento en 2020.
La transición hacia una economía verde se inició en los años 70, cuando Dinamarca resultó severamente afectada por la crisis internacional del petróleo y el incremento de los precios del crudo, señaló Iver Hoj Nielsen, director de prensa de State of Green, un organismo creado por el gobierno y empresas danesas para promover en otros países soluciones amigables con el medio ambiente.
Como resultado de aquel problema, las autoridades tomaron una serie de medidas para ahorrar energía, como eliminar el uso de automóvil los domingos. También se empezó a trabajar en el desarrollo de tecnología que permitiera la producción de energéticos a partir de fuentes renovables, recordó ante un grupo de periodistas mexicanos antes de la visita que realizará el presidente Enrique Peña Nieto a Dinamarca en abril. Durante la estancia del mandatario mexicano en este país, los dos gobiernos suscribirán un memorando de entendimiento para combatir el cambio climático, informó el embajador de México en el país nórdico, José Ignacio Madrazo.
Luego de señalar que 95 por ciento de los parlamentarios de su país, sin importar el partido de adscripción, aprobaron el cambio hacia una economía verde, Nielsen se mostró confiado en que las soluciones encontradas se pueda aplicar en otras latitudes, aunque reconoció que ello requiere inversión. Por lo pronto, refirió que en México ya existe una representación de State Of Green, la cual trabaja con Pemex y la Comisión Federal de Electricidad en la optimización de sus procesos, así como con otras empresas.