Abatidos por la roya del café y sin respaldo contundente de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) para retomar su actividad, más de 200 mil caficultores abandonaron sus tierras y de la pobreza pasaron a la extrema pobreza.

Agrupaciones de caficultores estimaron que la cosecha del ciclo 2015-2016 será de apenas 2.3 millones de sacos, debacle sin precedente en la historia de la caficultura nacional, que deja pérdidas superiores a 6 mil 900 millones de pesos.

Javier Galván, de la Asociación Nacional de Organizaciones Agropecuarias y Cafetaleras (Anaprocafé), expuso que de 900 millones de dólares que hasta hace dos años se obtuvieron por exportaciones, ahora sólo se lograrán 300 millones de dólares, pues la producción en Chiapas y Oaxaca cayó 60 por ciento, en Guerrero está perdida y en algunas regiones de Veracruz y Puebla la producción no llega ni a 15 por ciento.

En las comunidades cafetaleras –la mayoría localizadas en regiones indígenas– hay desesperanza. Ayer un grupo de productores tomó las instalaciones de la subdelegación de la Sagarpa en Tapachula, Chiapas. Las protestas pueden desencadenarse en los 12 principales estados productores, porque la gente no tiene ingresos, pues ya no hay café, dijo vía telefónica.

El programa de la Sagarpa de renovación de plantas no es suficiente. Se requiere un plan de concurrencia mientras se vuelve a tener producción, lo cual llevará de cuatro a cinco años. Además, la Sagarpa asegura que entregó 150 millones de pesos a la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero para la constitución de un fondo de garantía para los caficultores y la institución dice que no hay tales recursos. Unos y otros se echan la bolita y más productores caen en la miseria, subrayó.

Fernando Celis Calleja, asesor de la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNOC), dijo que México está ante una situación sin precedente. En la Conferencia Mundial del Café, que se llevó a cabo los primeros días de marzo en Etiopía, el representante de los productores de África aseveró que las afectaciones en la producción del grano por el cambio climático se perfilaban como graves y por ello sugirió que gobiernos, comercializadores, industriales y consumidores compartan los riesgos en la producción.

Refirió que la producción antes del impacto provocado por la roya del café era de 4.5 millones de sacos de 60 kilos, pero ahora la producción cayó en más de 50 por ciento. Es urgente que la Sagarpa, por conducto de los Centros de Apoyo al Desarrollo Rural (Caders) y Distritos Rurales, integre una información detallada sobre las pérdidas de la producción por agricultor, comunidad y región.

La crisis actual es mayor a las registradas en 1991-1994 y 2000-2004 causadas por los bajos precios internacionales del grano. Es un desastre natural no atribuible a los productores; no es justo que ellos asuman las pérdidas, apuntó.

Celis y Javier Galván sostuvieron que los productores de café necesitan urgentemente acciones gubernamentales profundas. Los programas mejoralito no sirven ante la dimensión de la crisis, enfatizaron.