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Sean Penn vino al hotel y quería entrevistarme, pero me le escapé, bromea Mick Jagger

De gozo, los Rolling Stones en el Foro Sol
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Ronnie Wood y Mick JaggerFoto Ap
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La banda británica enloqueció a los 60 mil asistentes al concierto en el Foro Sol en su regreso a México, luego de 10 años. En la imagen Ronnie Wood y Keith RichardsFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Martes 15 de marzo de 2016, p. 15

Con puntualidad inglesa, los Rolling Stones iniciaron su Olé Tour en la Ciudad de México con Start me up. Mick Jagger saludó: Buenas noches. El escándalo se tornó impresionante. Los 60 mil asistentes gritaron hasta desgañitarse.

Keith Richards, Ronnie Wood, Mick Jagger y Charlie Watts se colaron inmediatamente en el nervio óptico y llegaron al torrente sanguíneo que irrigó todos los órganos con el placer que produce atestiguar el momento de 10 años/plomo de espera.

Le siguió el emblemático It's only rock ‘n’ roll (but l like it). Un nuevo atisbo de Mick: Hola güey. El cuarteto inglés se vio feliz, pero palideció ante el fervor que les profesa el público.

Con Tumbling dice, Mick comenzó a patear el escenario de derecha a izquierda. De nueva cuenta habla en español: Hace 10 años que no veníamos a México, un chingo de años. Antes tomábamos tequila, ahora tomamos mezcal, con lo cual puso loquito al público. Inmediatamente Sus Satánicas Majestades soltaron Out of control con acompañamiento de Mick en la armónica.

Street fighting man, la rola elegida por los mexicanos para que los Stones tocaran, sonó macizo, aunque fue poco coreada; eso sí, los gritos de esos güeyes son mis novios y los amo escurrieron por el inmueble.

El delirio continuó con Wild horses. Algunos sacaron sus teléfonos celulares y marcaron: Escucha esta rola.

Paint it black, el mejor momento

Con Paint it black se vivió el mejor momento del concierto, un sentimiento no catalogado en la sique humana inundó el Foro Sol. Teléfonos y gargantas a todo lo alto.

Después de la experiencia espiritual llegó la cadencia de la rola Honky tonk women, con lo que todos se pusieron a caderear riquísimo, algo de lo más granado de los Stones. El ánimo no decrecía.

Mick volvió a interpelar al público: La estamos pasando bien en México... Sean Penn vino al hotel y quería entrevistarme, pero me le escapé... El domingo fuimos a las luchas y me quise subir al ring.

Después presentó a sus músicos y al resto de la banda: Ronnie, Charlie y Keith. Palmas a lo alto y vítores increíbles; la mayor ovación fue para el último, quien se quedó solo con su guitarra y el blues de You got the silver.

Siguió Before they make me run, para la cual Keith se hizo acompañar de Ronnie, Charlie y un par de coristas.

El gozo stoniano prosiguió con Midnight rambler, un temita acá, con el sello musical surcado en los últimos 50 años, donde hubo lugar para el lucimiento personal en cada uno de los instrumentos, Mick en la armónica y unos pasitos de baile.

Luego Mick, cual director de orquesta, se puso a dirigir al público del Foro Sol con grititos guturales y pedazos de canciones, al tiempo que los guitarrazos, batacazos lo secundaban/acompañaban.

Después de la deconstrucción musical Mick dijo: Ustedes son chidos, mientras tocaba el tema Miss you, que llegó como un susurro a una querubina de 8 años.

El cobijo para las maltrechas almas llegó con Gimme shelter, el éxtasis se hizo tangible en la dermis y epidermis... La voz de Mick y su corista se coló lúbricamente por todos los poros de la piel, cachondamente.

La némesis llegó con Jumpin' Jack Flash, trenzada con Sympathy for the devil y Brown sugar. Qué noche tan brutal, fue la opinión de Mick:

Los Stones se despidieron, pero salieron y se rifaron con dos temas más: You can't always get what you want y su rolita más famosa, (I can't get no) Satisfaction.

El sol ya dormía en China, en su nadir y los Stones llegaron a su cenit. Dejando un sentimiento de que cuando se acaba de escucharlos no hay retorno y, lo que es peor, ni deseo de regresar.

El próximo jueves será el segundo concierto de Sus Satánicas Majestades en la Ciudad de México y el 25 de marzo darán su último concierto en Latinoamérica, nada menos que en La Habana, Cuba, gratis.