La Secretaría de Gobernación se impuso la meta de reducir la tasa de homicidios dolosos al nivel de hace casi dos décadas: menos de 10 casos por cada 100 mil habitantes.

Al cierre de 2015, la tasa de asesinatos intencionales o dolosos fue de 14, aunque hay entidades, como Guerrero, que multiplican esta cifra con 56.50 episodios. La Organización Mundial de la Salud califica de epidémico el nivel superior a 10.

La meta es llegar a un dígito antes de que termine el sexenio, manifestó ayer el comisionado general de la Policía Federal, Enrique Galindo.

Durante el Foro Internacional de Prevención del Delito, académicos nacionales y extranjeros advirtieron sobre la posición que ocupa México en el contexto internacional, no sólo por los altos índices de homicidios, sino por el contexto de impunidad ante la comisión de delitos.

Manuel Einser, profesor de criminología comparada de la Universidad de Cambridge, precisó que México se ubica entre el 10 por ciento de países con mayores índices de homicidios, nivel considerado en estándares generales como sociedades violentas; menor a ese rango son denominadas semipacíficas y más de cien, se consideran en situación de guerra civil.

En 2010, Chihuahua tuvo una tasa de homicidios dolosos de 110 casos por cada 100 mil habitantes. Y en el extremo se ubica Zurich, con 0.8.

En 1997, cuando se dio inicio a la compilación estadística en la materia, la tasa de homicidios dolosos era de 17.35; en los años siguientes bajó y se ubicó, en un recuento de casi 20 años, en 9.34. En 2008 comenzó el repunte hasta alcanzar 19.75 en 2011. Al término del sexenio anterior estaba en 18.5 y al cierre de 2015 se ubicó en 14.07

Funcionarios mexicanos expusieron los avances; aseguraron que hay una baja general de la incidencia delictiva de 30 por ciento, en promedio, de 2011 a la fecha, en especial en ciudades donde se han aplicado medidas preventivas.

El jefe de la PF adjudicó la reducción de la incidencia delictiva, especialmente en homicidios y secuestros, a la inteligencia social, es decir, intervenciones de la corporación en las comunidades de difícil acceso, pero sobre todo a la detención de 99 de los 122 delincuentes más buscados o más famosos.

Ahora, agregó, los policías no son el centro de la estrategia preventiva, sino las reformas estructurales, la prevención en general y la acción no policial, sino social. A corto plazo la estrategia será fortalecida con el nuevo sistema de justicia penal y el debate acerca de la gran reforma policial del país.

Los ciudadanos nos preguntan, dijo durante el foro internacional, ¿por qué México no resuelve su situación si cuenta con 480 mil policías? Ahora podemos mostrar resultados con la reducción de delitos de alto impacto. Hoy conocimos muchos lugares (Michoacán, La Laguna, Tijuana o Ciudad Juárez) que se transformaron, indicó.

En entrevista, Galindo dijo que la tendencia de disminución de la incidencia es muy clara, y no de algunos puntos porcentuales, sino de muchos, así como de reducción en la intensidad de la violencia. Rechazó que haya un repunte de la violencia después de la reaprehensión del líder del cártel de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera.