El líder independentista vasco está preso desde 2009 por tratar de reconstruir Batasuna
Su excarcelación no altera la pena inhabilitante que le impide tener un cargo público hasta 2021
Viernes 29 de enero de 2016, p. 25
Madrid.
Arnaldo Otegi, líder del independentismo vasco, saldrá de la prisión de Logroño el próximo 1º de marzo, tras permanecer recluido desde octubre de 2009 acusado de pertenencia a organización criminal. La sala de lo penal de la Audiencia Nacional de España decidió acortar su estancia en la prisión después de valorar los alegatos de la defensa de Otegi sobre el conteo de los días de condena, que terminaría hasta el 28 de marzo.
Otegi fue uno de los principales impulsores dentro de la izquierda nacionalista vasca del proceso de paz que culminó con el comunicado histórico de ETA, en el que se anunció el cese definitivo
de la violencia, en septiembre de 2010. Desde su condición de vocero de la proscrita Batasuna y referente del independentismo radical vasco, Otegi luchó al interior de las organizaciones sociales afines para que aprobara la moción en la que se expresó el rechazo del uso de la violencia con fines políticos y se orilló a la propia ETA a declarar el fin de la lucha armada.
El dirigente vasco fue detenido en octubre de 2009, cuando ETA seguía en activo y después de que la fiscalía y la policía lo acusaron, junto con otros cinco líderes abertzales (nacionalistas) vascos, de intentar reconstruir el aparato político de Batasuna, que ya estaba considerada por la ley como organización ilegal. Primero fue condenado a diez años de cárcel por la Audiencia Nacional, pero posteriormente el Tribunal Supremo corrigió la sentencia y la rebajó a seis años y medio, que se cumplirán en los próximos días.
Desde su encarcelamiento se han llevado a cabo numerosas acciones y campañas nacionales e internacionales por su liberación, incluso se llegó a luchar en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo para que se revisara su sentencia, con el argumento de que precisamente Otegi fue pieza clave para que avanzara el proceso de paz y el fin de la violencia de ETA.
La decisión de la sala de lo penal de adelantar su liberación se debió a una serie de días que no habían sido contabilizados por el magistrado de prisiones y que sí figuraban en la contabilidad de su reclusión. Por ejemplo, los días que fue a firmar cuando gozó de libertad provisional, mientras se celebraba el juicio. La defensa de Otegi había solicitado al juzgado central de vigilancia penitenciaria que se tuvieran en cuenta una serie de comparecencias realizadas en dependencias judiciales o policiales.
La sala de lo penal también informó que el adelanto de su liberación no altera la pena de inhabilitación, que sigue firme, y que le prohíbe asumir un cargo público hasta el 28 de febrero de 2021. Es decir, que también lo obligará a renunciar, al menos de momento, a su carrera política y a una eventual candidatura para la presidencia del gobierno vasco.