En víspera de la Nochebuena, en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) no sólo se vendían boletos de avión y los viajeros no sólo corrían para alcanzar su vuelo. A pesar de que no es el mejor lugar para comprar ni siquiera una dona, que puede llegar a costar 50 pesos, algunos caminaban a prisa buscando sus últimos obsequios navideños. Antonio, quien volaría a Nueva York, no pudo comprar con anticipación el regalo para su sobrina de seis meses, así que en una tienda de artesanías consiguió una muñeca de unos 10 centímetros, con trenzas y atuendo de una de las regiones de Oaxaca. Pagó 180 pesos, pero me ahorré mucho tiempo y, sobre todo, no llegaré sin nada para ella.

Los maleteros apenas se daban abasto acarreando enormes bultos por los pasillos.

El trabajo que realizan se incrementa más de 50 por ciento en esta época del año, según el dirigente de la Unión Mexicana de Transportadores de Equipaje Express y Carga, Isaac Hernández Gallegos.