El pleno de la Cámara de Diputados aprobó ayer una reforma a la Ley del Servicio Militar para suprimir una disposición en materia de equidad de género en la instrucción castrense.

Asimismo, el pleno solicitó a la Secretaría de Relaciones Exteriores, al Instituto Nacional de Derechos de Autor y a la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas que ofrezcan asesoría jurídica a la comunidad de Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca, para la defensa de los textiles producidos por su población, con el fin de impedir que la francesa Isabel Marant continúe presentando como diseño propio el de la blusa tradicional de ese poblado.

En el punto de acuerdo votado por el pleno se resaltó que el plagio de Marant a Santa María Tlahuitoltepec representa más que un litigio legal.

Detrás de cada diseño no sólo está la visión de uno de nuestros pueblos originarios, sino además se encuentra una actividad socioeconómica de sustento, pues casi la mitad de los 12 mil habitantes de esa comunidad mixe se dedica a la elaboración de esta blusa. Es una apropiación del trabajo tradicional: una prenda de este tipo cuesta en el mercado local cerca de 300 pesos, y en la tienda en línea Net-a-porter, el equivalente a 5 mil, expusieron en el texto.

La declaración de la cámara lamentó que cada vez con más frecuencia en la industria de la moda diseñadores internacionales copian piezas tradicionales sin dar ningún crédito o referencia de su procedencia y origen, pero que esa apropiación daña a los productores tradicionales, como ha pasado con los pueblos tarahumaras o huicholes.

“Las comunidades enfrentan el despojo de su creatividad, del reflejo de su cosmovisión, en un mercado totalmente asimétrico, en el que sus diseños tradicionales no tienen una cobertura ‘de patente’ como los diseños ‘de renombre’, e incluso en el colmo de los males, los creadores originales son acusados de plagio. Una etiqueta no puede hacer la diferencia”, insistió.

Mientras, en la reforma a la Ley del Servicio Militar, la cámara refirió que, según un informe de la Secretaría de la Defensa Nacional, del 1º de septiembre de 2014 al 31 de agosto de 2015, 3 mil 463 mujeres participaron en forma conjunta con los jóvenes en edad militar en el programa de adiestramiento militar.

La participación voluntaria de las mujeres es una señal clara de que no cabe ya hacer distinciones por motivo de género al interior de las fuerzas armadas, expresó en tribuna la diputada Anabel Alvarado (PRI).

El pleno suprimió de la ley el artículo segundo, el cual disponía que en la instrucción militar a las mujeres se les asignarían labores propias de su sexo, disposición que, recordó, obedeció a un contexto de la posible participación del país en la Segunda Guerra Mundial, previsión que ya había sido superada por la historia.