Reconocimiento en la presentación del libro póstumo del filósofo
Viernes 27 de noviembre de 2015, p. 5
La presentación del libro póstumo del filósofo Luis Villoro (1922-2014) fue aprovechada por su hijo, el escritor Juan Villoro, para reconocer de manera pública a La Jornada por la cobertura que efectuó sobre el legado y la trayectoria de ese pensador con motivo de su fallecimiento, acaecido el 5 de marzo de 2014.
Recordó que el intelectual mexicano fue colaborador durante muchos años de este diario y agradeció que el mismo le dedicara la página principal de la edición del día siguiente a su deceso, refiriéndose a él como el filósofo de las luchas sociales.
Agradecí a la directora, Carmen Lira, en nombre de la familia, y me dijo que sólo cumplían con lo que tenían que hacer como periodistas; respondí que habían hecho algo más, porque no sólo dedicaron la portada a un filósofo, sino siete páginas a reflexionar sobre su legado y su trayectoria
, expresó el también periodista.
“No es común que un periódico considere que un pensador es parte de las noticias actuales. Esto honra a La Jornada.”
La alternativa: perspectivas y posibilidades de cambio es el título de ése, el último volumen realizado en vida por Luis Villoro, cuya presentación fue el miércoles por la noche en El Colegio Nacional, del que fue miembro desde 1978 hasta su muerte.
Publicada por el Fondo de Cultura Económica, esta obra fue descrita por el periodista Luis Hernández Navarro, autor del prólogo, como un testamento político y, de forma simultánea, una guía para comprender el mundo y transformarlo.
El coordinador editorial de este periódico se remontó al discurso pronunciado por Luis Villoro en su ingreso a esa institución para demostrar la visión y la vigencia del pensamiento de este hombre, vaciadas en su obra póstuma.
Dijo que el pensador sostenía que la vida buena no se realiza siguiendo las convenciones que mantienen unida a la sociedad y permiten la continuidad de un orden, sino que está fuera de las prácticas sociales dominantes.
La alternativa, señaló, actualiza este debate y abona en la elaboración intelectual de las posibilidades y las condiciones del cambio de la sociedad, al ir en contra del pensamiento dominante.
Villoro cuestiona radicalmente el orden y el lenguaje del neoliberalismo, y niega que representen el fin de la historia o la consagración del fin de las luchas de la emancipación. Reivindica la posibilidad de un mundo distinto al dominante, explica por qué un estado monoétnico es absurdo y sostiene que otra democracia más profunda que la meramente procedimental es urgentemente necesaria.
Acompañado en el acto por el historiador y antropólogo Alfredo López Austin y el sociólogo indígena chiapaneco Juan López Inztin, moderados por Juan Villoro, Hernández Navarro destacó que la obra de don Luis “reivindica y lleva a los hechos la labor de imaginar ese otro mundo. Da sentido a la idea de que hay forma de escapar a la desventura y a la miseria cotidianas. Muestra que la dictadura del presente no es invencible, se puede transformar.
“La alternativa es un libro escrito desde el campo teórico abierto por el levantamiento del EZLN. El filósofo reconoció en los rebeldes del sureste mexicano cualidades para cambiar el planeta y encontró muchas de sus preocupaciones intelectuales.”
López Inztin agregó que Villoro halló en el ejercicio de la autonomía de los zapatistas que es posible otro tipo de relación humana, donde la fraternidad, el respeto y la confianza imperan, donde es posible ejercer una democracia más auténtica, la participativa, que no dista de la representativa que conocemos.
“Desde ese lugar zapatista, en La alternativa nos invita a volver nuestro corazón a una ancestralidad. Convoca a reconocer un pasado común, a mirar en los momentos históricos las rupturas de la historia de nuestra sociedad”, siguió el sociólogo.
Cuando reflexiona sobre la revolución no habla de una que derroque el poder establecido: traerá en este ancho presente a otros pensadores y actores que han luchado por cambiar el mundo sin tomar el poder, en una acción colectiva que haga desprender el poder fincado sobre la dominación.
Según López Austin, el libro póstumo de Luis Villoro tiene dos cualidades aparentemente contradictorias. Por un lado, explicó, es una apretada síntesis de las consideraciones históricas, políticas, filosóficas y éticas que el autor juzgó alternativas de nuestro país frente a la decadente situación en la que se encuentra. Al mismo tiempo, es un texto de claridad y sencillez extremas.
Su legado presupone una esperanza que descansa en un pendiente: la creación de un pacto nacional de democracia directa más allá de partidos, la conjugación de política y ética, la imaginación de nuevos caminos para revertir la violencia y la injusticia. Una revolución no violenta fundada en la construcción de puentes desde abajo
, finalizó.