La captación tributaria del país se incrementó 28.8 por ciento real anual en el primer semestre de este año debido a la entrada en vigor de la reforma fiscal en enero de 2014, lo que ha permitido al gobierno hacer frente al desplome de los ingresos provenientes del petróleo, que fue abierto al capital privado con la reforma energética, señala el tercer Informe presidencial.

Detalla que mientras en el periodo enero-junio de 2012 los ingresos petroleros aportaron 34.3 por ciento del total de los ingresos del sector público, en igual periodo de este año representaron apenas 18.6 por ciento.

En cambio, la recaudación del impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS, que pagan quienes producen, importan o venden gasolinas, alcoholes, cerveza y tabacos, entre otros productos) y del sistema renta aumentaron en términos reales en 326.5 y 24.1 por ciento, respectivamente.

Durante 2014, el primer año de aplicación de la reforma fiscal, la recaudación tributaria del gobierno se ubicó en 10.5 por ciento del producto interno bruto (PIB), su nivel máximo histórico.

En el apartado denominado México próspero del tercer Informe de gobierno, el titular del Ejecutivo señala que durante el primer semestre de 2015 los ingresos presupuestarios del sector público ascendieron a 2 billones 48 mil millones de pesos, cifra superior en 4 por ciento en términos reales a la obtenida en el mismo periodo de 2014.

Detalla que los ingresos tributarios no petroleros registraron un crecimiento anual de 28.8 por ciento real, al totalizar un billón 225 mil millones de pesos.

Por el contrario los ingresos petroleros observaron una contracción anual real de 38.3 puntos porcentuales como consecuencia de las disminuciones registradas en el precio de la mezcla mexicana de petróleo en los mercados internacionales (la cual cayó 47.5 por ciento en los primeros seis meses del año) y en el precio en dólares del gas natural, que bajó 33.8 por ciento en el mismo lapso.

Detalló que la caída de los ingresos petroleros también obedeció a la menor plataforma de producción de crudo, la cual se redujo 8.5 por ciento respecto del primer semestre del año previo, así como al mayor tipo de cambio, en términos reales, que subió 10.6 por ciento.

Luego de la aplicación de la reforma fiscal, que entre otras cosas introdujo un impuesto a las ganancias de capital y dividendos que obtienen las personas físicas; amplió la tarifa del impuesto sobre la renta (ISR) y aplicó un límite global a las deducciones personales, del total de ingresos presupuestarios, 77.3 por ciento correspondió al gobierno federal, 15.3 a entidades productivas del Estado como Pemex y la CFE y 7.4 por ciento provino de organismos bajo control presupuestario directo como el IMSS y el Issste.

Mientras los recursos gubernamentales y de los organismos sujetos a control presupuestario directo se incrementaron 7.8 y 5.3 por ciento, respectivamente, en términos reales, los ingresos propios de las entidades productivas del Estado bajaron 12 por ciento anual real.

Según el Informe presidencial la reforma hacendaria vigente a partir de 2014 –la cual no será modificada gracias al Acuerdo de Certidumbre Tributaria suscrito en febrero del año pasado y mediante el cual el gobierno federal se comprometió a no proponer cambios en la estructura tributaria aplicable en el periodo de 2014 a 2018–, ha estado orientada a consolidar la estabilidad macroeconómica del país a través del fortalecimiento de los ingresos públicos para hacer más equitativa la estructura impositiva a fin de mejorar la distribución de la carga fiscal.