Hay poco teatro para ciegos o débiles visuales, lo cual es en sí mismo otra forma de discriminación, expresó en entrevista Berta Hiriart, quien codirige con Juan Carlos Saavedra la puesta en escena La mirada del inventor ciego, dirigida a los niños y que trata sobre la vida de Louis Braille, creador del sistema de lectura para invidentes.

Ayer sábado fue el estreno, en el Teatro Benito Juárez, con la participación de actores ciegos.

La función es casi en su totalidad a oscuras, en una penumbra como de mácula, lo cual no fue óbice para que los infantes presentes permanecieran y gustaran de la obra, que tiene una duración aproximada de una hora.

La mirada del inventor ciego, la vida de Louis Braille es transformada en una experiencia sensorial para niños mayores de 8 años de edad y es la primera producción de la compañía Teatro Ciego, fundada en 2007.

Participan Erika Bernal, Marco Antonio Martínez, Jesús Rodríguez –actores ciegos–, además de Susana Romero y Juan Carlos Sáenz. El montaje está pensado para 40 espectadores que al prescindir de la vista se convertirán en escuchas de sonidos y entenderán de qué manera se construye el mundo al agudizar los sentidos distintos al de la vista.

Muchos niños le temen a la oscuridad; sin embargo, ésta no detuvo la inventiva de Louis Braille. Más que sentir miedo por ella, el espectáculo hará descubrir que el mundo puede ser visto de otro modo.

Teatro Ciego es una compañía que promueve y produce proyectos artísticos, cuyos protagonistas son la oscuridad, el sonido, la palabra y el desarrollo de la imaginación. Actores con discapacidad visual forman parte de este compromiso social que estimula a todo el público a la reflexión y sensibilización sobre esta condición humana.

“Todo el escenario está marcado por piolas, que son guías que ayudan a poder moverse en la oscuridad, tanto a los ciegos como a los que sí ven. Codirigir es todo un reto porque este teatro tiene una complejidad añadida y, al mismo tiempo, una riqueza añadida, porque hay que hallar recursos que no estén basados en la vista, sino auditivos y relacionados con todos los otros sentidos. Utilizamos la luz en pocos momentos y sólo cuando se justifica. También es para aludir al hecho de que Louis va perdiendo la vista. Los ciegos no están sumergidos en la oscuridad, como imaginamos los que vemos. Están poblados de ciertas imágenes, pero son distintas. A veces son rayas, flashazos, sombras, y también hay distintos grados de debilidad visual.

No conozco más obras para ciegos. Sólo las de esta compañía... Claro que este hecho es una forma de discriminación y los ciegos así lo viven. En el teatro para los que sí ven nadie le explica a un ciego lo que está pasando, y eso es similar a lo que le pasa a los sordos. En los espectáculos no suele haber alguien que traduzca al lenguaje de señas. Es difícil y los espectáculos no suelen considerar las realidades de mucha gente. Aquí se dice: la ceguera no sería una desventaja, sino sólo una diferencia, si los ciegos contaran con los materiales adecuados.

La mirada del inventor ciego se presentará los sábados y domingos, hasta el 27 de septiembre, a las 13 horas, en el Teatro Benito Juárez, (Villalongín 15, colonia Cuauhtémoc, Metrobús Reforma). Boletos en taquilla y en Ticketmaster. Localidades: 132 pesos; 50 por ciento de descuento a estudiantes, maestros, militares, trabajadores de gobierno e Inapam.