Gustavo Madero, líder nacional saliente del PAN, presentó ayer su informe de labores a la comisión permanente de este partido, en el que planteó que hubo denuncias de corrupción dentro del blanquiazul, pero fueron mediáticas y no llegaron a tribunales, de acuerdo con versiones de algunos asistentes.

Ahí convocó a todos los actores a trabajar para la renovación del partido, en su fortalecimiento y consolidación para recuperar la presidencia en 2018. En la última sesión que presidió, Madero fue ovacionado por sus compañeros, la mayoría de pie, por varios minutos.

Ante ellos, habló de los logros de su gestión. Se refirió al saneamiento de las finanzas, ya que había una deuda bancaria de alrededor de 300 millones de pesos, la cual se liquidó, además de que destacó la reforma a los estatutos. Apuntó que en cinco años el PAN tuvo uno de los avances más importantes, ya que hoy gobierna no sólo más municipios, sino más población.

Aseguró que el blanquiazul tiene la mayor presencia que ha tenido en su historia, pero destacó que no sólo se deben ganar elecciones, sino también formar ciudadanía, algo en lo que admitió que el partido ha fallado. Aseveró también que el PAN es el mejor instrumento de los mexicanos para construir un mejor país.

Madero llegó a la dirigencia nacional del PAN en 2010 y logró la reelección en mayo de 2014, cuando venció al senador Ernesto Cordero, cercano al ex presidente Felipe Calderón. En septiembre de 2014 pidió una licencia a su cargo para encabezar la lista de candidatos a diputados de representación proporcional y en enero de este año volvió a ocupar la dirigencia, misma que ocupó de forma interina Ricardo Anaya, quien el próximo viernes recibirá su constancia como dirigente nacional electo.