Jerusalén.

Un palestino detenido en Israel y en huelga de hambre desde hace 65 días, sufrió daño cerebral por lo que la Suprema Corte suspendió este miércoles la orden de detención administrativa, y será liberado mientras recibe tratamiento médico pero deberá permanecer en un hospital, informó el alto tribunal en un dictamen.

Mohamed Allan, que puso fin a su ayuno tras la decisión de la Suprema Corte, protestaba por su detención administrativa, una figura que permite a Israel mantener en prisión a sospechosos de terrorismo por hasta seis meses renovables, sin acusación formal.

Para Israel esta práctica es una herramienta necesaria para frenar los ataques de milicianos, y afirma que de revelar los cargos se pondría en riesgo las redes de inteligencia y la vida de personas. Grupos de derechos humanos señalan que la medida viola el debido proceso y se utiliza en exceso.

Allan, en prisión desde noviembre pasado, se despertó este martes tras varios días en coma, y comunicó a los médicos que iba a continuar con su huelga de hambre y que si Israel no resolvía el caso en 24 horas iba a pedir el cese de todo cuidado sanitario y dejaría de beber agua.

Pero este miércoles la corte ordenó que Allan fuera sometido a pruebas médicas para determinar el nivel de daño cerebral que tiene y anunció que será liberado en caso de que sea irreversible.

Al palestino se le retirarán grilletes, permanecerá hospitalizado y su familia podrá visitarlo. El tribunal también determinó que su detención administrativa queda suspendida, y podrá solicitar su liberación una vez que su condición médica mejore, reportó Ap.

El médico Hezy Levy del hospital Barzilai, en el sur de Israel, donde Allan ya está internado, informó que el detenido estaba incoherente y no conecta con lo que lo rodea. Estos daños quizá sean reversibles y están siendo tratados por los médicos. Los daños en sí mismos no ponen su vida en peligro, pero se inscriben en un contexto general en el cual, él sí pone su vida en peligro.

Israel acusa a Allan de haber mantenido contacto con terroristas por su presunta afiliación al grupo armado palestino Yihad Islámico. Aunque él niega pertenecer a ese movimiento, los rebeldes amenazaron con nuevos ataques en caso de que muera.