La edad, las dolencias, los bastones, las sillas de ruedas, o sea, el peso de los años, quedaron para otro día. Unas siete centenas de adultos, por supuesto mayores, se dieron cita en el Casino Militar del Campo Deportivo Marte en Chapultepec para festejar el Día del Abuelo. Un frugal almuerzo y dos conjuntos musicales fueron parte del festejo, organizado al alimón por la Junta de Asistencia Privada del Distrito Federal y las fundaciones Simi y Cie.

Auxiliados por voluntarios, los asistentes provenientes de 36 instituciones se arreglaron desde temprano para dar rienda suelta al espíritu, algo que por lo visto no han perdido. El grupo Sangre Azteca y la Sonora Santanera amenizaron el tempranero huateque, que empezó a las 10 de la mañana y ya para las tres de la tarde, la hora de la siesta para muchos, se dio por terminado.

Disfrutaron asistentes de las edades casi universalmente consideradas de la tercera edad, como esa de los 65 años, hasta quienes han rebasado la centuria, como doña Sofía González, de la Fundación Concepción Beistegui, en el Centro Histórico, que se quita los años diciendo que tiene 100, pero en realidad tiene 102, aseveró Eduardo Hernández Andrade, administrador de la fundación. De la La bamba a La boa, estas matriarcas y patriarcas dieron fe de que es el cuero el que se arruga, pero no el ánimo.