Buenos Aires.

El director Daniel Barenboim y el ex jefe de gobierno español Felipe González recibieron el primer Premio al Diálogo del Instituto Interreligioso argentino IDI, que les fue entregado tras un excepcional coloquio con representantes de diversos credos en el teatro Colón de Buenos Aires.

Al hacer entrega del reconocimiento, el dirigente islámico Omar Abboud, conocido a escala internacional por ser quien encarnó como musulmán el abrazo de las tres religiones con el papa Francisco ante el Muro de los Lamentos en 2014, elogió la labor de Barenboim y de su Orquesta West-Eastern-Divan en la promoción del diálogo entre árabes e israelíes.

Momentos antes, González, Barenboim, Abboud, el sacerdote Guillermo Marcó y el rabino Daniel Goldman mantuvieron una emotiva charla abierta sobre el conflicto palestino-israelí y el diálogo interreligioso. Luego de que Felipe González observó con detalladas referencias históricas que el conflicto actual es el mismo que se daba en el siglo XII – a diferencia de que ahora somos más destructivos–, Barenboim apremió a olvidar los traumas y las convicciones del pasado para buscar un camino no político y más diferenciado a lo que define como conflicto humano.

Como principio rector para el acercamiento interconfesional, el rabino Goldman destacó la importancia de reconocer que no existen verdades, sino aristas de verdad.

Todos deseamos ser dueños de verdades, pero somos buscadores de certezas, reflexionó, y llamó a apartar un concepto de verdad única que, de la mano de la petulancia, engendra violencia.

Fraternidad

El diálogo entre los cinco convocados al Simposio de Reflexión del Festival Barenboim estuvo marcado por un elemento: el reconocimiento mutuo y fraternal entre los invitados.

En palabras que expresaron con sorprendente nitidez el grado de encuentro gestado en el IDI, el rabino Goldman observó que en la armónica amistad adquirida con sus pares de otras confesiones descubrió que hay algo en (él) de cristiano y de musulmán que me forja como judío.

El encuentro entre los religiosos fue muy elogiado por Barenboim, que reiteró que su convicción sobre la posible convivencia entre identidades múltiples no habría sido posible sin haber vivido sus primeros nueve años en Argentina, país inmigratorio en el que, como destacó el sacerdote Marcó, amigo personal del papa, en las escuelas los inmigrantes solían discutir más por cuestiones de futbol que de religión.

Este encuentro es un mensaje al mundo como ejemplo de convivencia, aseguró Barenboim.

Este año el teatro Colón celebra la segunda edición del festival que lleva el nombre del célebre músico. Barenboim, quien fundó en Berlín una academia donde se hace hincapié en la formación humanística de los músicos, reitera incansablemente la relevancia de la reflexión en la labor artística y en el festival que ha concebido.

La programación continúa esta noche con otra singular propuesta: una serie de Conciertos por la Convivencia. Barenboim se presentará con un conjunto de cámara en el Centro Islámico de la República Argentina, en el Templo Libertad –principal templo judío del país sudamericano– y en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires.