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Busca desplegar sus buques de guerra en seis vertientes que abarcan todo el planeta

Rusia cambia su doctrina militar ante cerco de la OTAN y EU

La nueva versión proclama y fundamenta su derecho a utilizar las armas nucleares

Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 28 de julio de 2015, p. 20

Moscú.

La expansión hacia el este de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la intención de Estados Unidos de emplazar tropas y tanques cerca de las fronteras con Rusia, entre otras razones, obligaron al Kremlin a modificar la doctrina marítima militar de este país, de acuerdo con la página web de la presidencia rusa, donde ya puede consultarse el texto completo.

En medio de la creciente confrontación con EU y sus aliados de la OTAN, Rusia lleva adelante un amplio programa de rearme y meses atrás adoptó una nueva versión de su doctrina militar, documento que proclama y fundamenta su derecho a usar las armas nucleares.

La cancillería, a comienzos del presente mes, por boca de Mijail Ulianov, director general de no proliferación y control de armamentos, salió al paso de las críticas y aseveró que ello no representa una amenaza para la paz en el mundo. También detalló las dos condiciones que tienen que darse para que Rusia recurra a su arsenal nuclear.

La primera es en legítima respuesta a una agresión con armamento nuclear contra Rusia o sus aliados y, de hecho, tiene vigencia desde que se impuso la política de disuasión nuclear después de la Segunda Guerra Mundial, conforme a la cual el uso de armas de destrucción masiva se equipara con un acto suicida porque garantiza el exterminio del propio atacante.

Aunque siempre implícita, la segunda condición ahora está incorporada con todas sus letras en la doctrina militar y se refiere, en palabras de Ulianov, a una agresión contra Rusia con armas convencionales, cuando se trate de un peligro para la existencia misma del Estado ruso.

Después llegó el turno de actualizar la doctrina militar marítima, cuya aprobación por el presidente Vladimir Putin se dio a conocer –con ocasión del Día de la Armada, celebrado este domingo– durante una reunión de trabajo del mandatario con el ministro de Defensa, Serguei Shoigu, el comandante en jefe de la Armada, Viktor Chirkov, y otros altos funcionarios.

El escenario del anuncio no podía ser mejor: a bordo del moderno buque de guerra almirante de la Unión Soviética Gorshkov, en la base naval de Baltisk, ubicada en el enclave de Kaliningrado, en la parte más occidental de Rusia y, por tanto, más cercana a países miembros de la OTAN.

La doctrina militar marítima, un texto de 46 páginas, consta de cuatro grandes capítulos, que se refieren a tareas y funciones propias de la Armada, al transporte marítimo, a la ciencia del mar, y a la explotación de recursos naturales en el fondo marino.

Rusia, que aspira a convertirse en potencia naval, anuncia su intención de desplegar sus buques de guerra en seis vertientes regionales, que de hecho abarcan todo el planeta: los océanos Atlántico, Pacífico e Índico, el mar Caspio, el Ártico y la Antártida.

En calidad de miembro de la comisión que revisó la doctrina, Dimitri Rogozin, viceprimer ministro a cargo de la industria militar, explicó a la prensa que se puso especial énfasis en reforzar la presencia rusa en dos regiones: el Atlántico y el Ártico, afirmando que en el primer caso, en referencia obvia al Mediterráneo, se debe a que la OTAN continúa acercándose a nuestras fronteras y, en el segundo, para proteger nuestro derecho a explotar los recursos naturales.

Rogozin, responsable de renovar las embarcaciones y el armamento de la Armada de Rusia –que antes de que concluya este año obtendrá cerca de medio centenar de nuevos buques– mencionó como prioridad restablecer las posiciones estratégicas en el mar Negro, tarea que adquiere particular significado tras la anexión de Crimea, donde tiene su sede una de las más importantes flotas rusas.