Destacan textos diplomáticos sobre la actividad de Irán en la región
Domingo 21 de junio de 2015, p. 18
Riad.
Arabia Saudita instó este sábado a sus ciudadanos a no distribuir documentos que podrían estar falsificados
, en respuesta a la publicación en el sitio web de Wikileaks de unos 60 mil documentos que contienen comunicaciones secretas de diplomáticos de una de las pocas monarquías absolutas del mundo.
Esta declaración, hecha por el Ministerio de Relaciones Exteriores en su cuenta de Twitter, no negó directamente la autenticidad de los textos.
Los documentos filtrados, que según Wikileaks son memorandos de la embajada, correos electrónicos entre diplomáticos e informes de otras instituciones estatales, incluyen discusiones sobre la posición de Arabia Saudita en cuestiones regionales y sus esfuerzos por influir en la opinión pública regional.
El gobierno del principal exportador de petróleo del mundo es altamente sensible a las críticas y ha enviado a prisión a activistas por difundir reproches contra la dinastía gobernante Al Saud e importantes clérigos. Además, mantiene un estrecho control sobre los medios locales.
Desde el estallido de la llamada primavera árabe de 2011, las autoridades sauditas se han vuelto cada vez más intolerantes con el disenso, aparentemente por temor a que la inestabilidad de los países vecinos golpee a su conservador reino islámico.
Las declaraciones en Twitter son la única respuesta oficial del gobierno saudita desde la publicación de dichos cables, que Wikileaks sostiene es el principio de una tanda de más de medio millón de documentos que ha obtenido y tiene previsto publicar.
Wikileaks no dijo de dónde obtuvo los documentos, pero se refirió en un comunicado a las declaraciones de Riad –mayo pasado– de que había sufrido una violación a la seguridad de sus redes informáticas, ataque que después reivindicó un grupo autodenominado Ciberejército Yemení, lo cual podría estar ligado con el hecho de que Arabia Saudita activó este año una campaña militar contra rebeldes hutíes que expulsaron de Saná a sus antiguos aliados.
De acuerdo con un despacho de Ap, muchos textos revisados parecen destinados a vigilar la actividad de Irán en la región o socavar sus intereses.
Un memorando sin fecha, aparentemente enviado desde la embajada saudiárabe en Teherán, sugiere a su cancillería exponer públicamente presuntos reclamos de ciudadanos iraníes por medio de redes sociales e Internet.
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