A 18 meses que se aprobó la reforma constitucional por medio de la cual se liberaliza el mercado petrolero en México, el plan de negocios de Petróleos Mexicanos ( Pemex) sigue siendo el anterior a la reforma energética y las secretarías de Energía (Sener) y de Hacienda y Crédito Público (SHCP) llevan 18 meses golpeando a la petrolera sin respetar su autonomía, afimó Víctor Rodríguez Padilla, especialista en temas energéticos.

En entrevista, consideró que hay dos escenarios para el futuro de Pemex: Uno, podría quedar reducido a largo plazo a su mínima expresión: unos cuantos edificios corporativos de alta standing (posición) donde laboren un número reducido de empleados altamente especializados, que administrarán desde sus computadoras miles de millones de dólares en participaciones accionarias dentro y fuera del ámbito petrolero, bajo la dirección de un puñado de altos ejecutivos financieros.

Explicó que la ahora empresa productiva de Estado quedaría reducida en los hechos a una especie de fondo de inversiones. Sin embargo, otro escenario, sin duda más probable, es un Pemex con un portafolio diversificado de inversiones en empresas y proyectos, algunos operados por ella misma.

Victor Rodríguez, quien es el responsable del posgrado en energía de la UNAM, y también es miembro del Sistema Nacional de Investigadores, señaló que actualmente el gobierno federal no sabe a ciencia cierta qué hacer. Los documentos oficiales se contentan con reproducir las generalidades de siempre, no establecen estrategias y acciones concretas.

El experto recordó que desde principios del año Pemex anunció que las restricciones presupuestales serían compensadas con capital privado mediante alianzas. Y en efecto, con rapidez se avanza en dos sentidos: en coinversiones en nuevos proyectos (cogeneración, petroquímica, gas natural…) y en la venta parcial de activos (campos petroleros, ductos, barcos…).

Victor Rodríguez, con doctorado en economía de la energía, en la Universidad de Grenoble, Francia, y efectuó posdoctorados en Francia y Quebec, afirmó que la reforma energética deja entrever la venta de refinerías y complejos industriales.

Indicó que estas operaciones han comenzado antes de haberse creado la dirección corporativa de alianzas y nuevos negocios, que tendrá entre sus funciones monetizar negocios e infraestructura de Pemex para liberar recursos y utilizarlos en actividades más productivas, por ejemplo, en exploración y producción.

Transformarse en una corporación petrolera significa para Pemex, explicó, desprenderse de una gran cantidad de actividades operativas mediante la venta total o parcial de activos en el marco de coinversiones, asociaciones o alianzas.

Consideró que en un desprendimiento parcial Pemex podría mantenerse como operador y socio mayoritario o, alternativamente, ceder la operación al privado y convertirse en socio minoritario. Es claro que Pemex está buscando quedarse con el ciento por ciento de los activos más rentables (Cantarell y KMZ entre ellos) pero le está costando trabajo convencer a la cúpula federal.

Aseguró que Pemex perdió terreno en la ronda cero y en los próximos meses perderá asignaciones ya sea por migración, devolución o cesión (farm outs). En aguas abajo Pemex ya está vendiendo activos, destacó. Rodríguez Padilla advirtió que en uno u otro caso la transformación de Pemex implicará resistencia política y descontento social, porque durante la reforma energética la administración de Enrique Peña Nieto prometió que no se vendería ni un tornillo.