La cantautora presentará su nuevo disco en el teatro Metropólitan, el 24 de julio próximo
mi intuición, el sonido que buscaba
En entrevista, se define como flexible, pero en esta producción tuve que mantenerme fiel
Viernes 19 de junio de 2015, p. 9
Del grupo de cantantes que interpretan con un sesgo de abulia, al frente del cual está Julieta Venegas y al lado Natalia Lafourcade, se encuentra Ximena Sariñana, quien al igual que las anteriores promueve un nuevo disco y realiza una gira por la República, que la llevará, el 24 de julio, al teatro Metropólitan del Distrito Federal.
Sus dos primeros sencillos le funcionaron bien: Sin ti no puedo estar tan mal y Ruptura, que abrieron la puerta al cedé completo: No todo lo puedes dar.
A su voz se le ubica entre el pop, el rock y el folk. Actuó en el Festival Vive Latino pasado, donde tuvo como invitados a Jorge Drexler y a Lili Saumet, de Bomba Estéreo. La cantante cordobesa Daniela Spalla formó parte de su ensamble de músicos.
En el Vive fue invitada por los Aterciopelados, con quienes cantó el tema Florecita roquera.
Para la creación de éste, su tercer material sonoro, se esforzó en hallar su sonido específico. El disco está compuesto por 11 temas y fue producido por ella en conjunto con Alejandro Rosso, de Plastilina Mosh.
Por otro lado, durante abril, Ximena realizó una visita promocional a Centro y Sudamérica, y se presentó en la quinta edición del Festival Pa’l Norte. Confirmó su participación como artista invitada en la gira que en breve realizará Juanes por Estados Unidos. Será parte del elenco de los festivales Bonnaroo, Summerfest, Neon Desert Music y LAMC.
En entrevista, afirmó que tras años de trabajo por fin ha hallado su sonido. “Todo fue a partir de la necesidad de hacer un disco donde estuviera completamente mi intuición, decidir qué canciones incluir, que fuera un sonido afín a lo que buscaba, lo mismo que el arte. Así ha sido hasta la fecha, en los shows y en las giras. Estoy orgullosa del trabajo y emocionada por seguirlo tocando, hasta llegar al Metropólitan.
“Para esto hay que oír mucha música, para alimentarte, escuchar y aprender cosas nuevas. Esto es, salirse de la zona de confort para hacer lo nunca hecho por uno y disfrutar el proceso. La experiencia con Los Ángeles Azules fue muy padre y, sobre todo, divertida. Reforzó mi creencia de que no debo encasillarme en ningún ámbito de la vida. En ese aspecto, siempre he estado muy abierta a colaborar con personas que no comparten mi género, como Los Ángeles Azules. Al final me doy cuenta de que esa forma de pensar me ha dado mucho, porque me ha llevado a conocer a gente sumamente talentosa, simpática y trabajadora. De repente una canción que no es mía, ni de mi género, vuelve a ser conocida en mi voz. Siempre es una experiencia bonita que uno no se espera y se agradece.
En el caso de lo que hice con Miguel Bosé, igual. Miguel es alguien de quien pensé, en una etapa de mi vida, que no tenía nada que ver conmigo, pero me di cuenta de que estaba bastante equivocada. Me dio gusto conocerlo y en él encontré un gran colaborador y, de alguna manera, un hermano mayor. Le he aprendido muchísimo, en lo personal y en lo profesional.
–De acuerdo con el título del disco, ¿no se puede o no se debe dar todo.
–La verdad es que soy una persona a la que no le cuesta nada de trabajo ceder. Soy flexible. Soy la típica amiga que acepta ir a donde van todos y, a veces, como en el caso de este disco, tuve que mantenerme fiel, firme en lo que me gusta. De ahí el título, de que a veces no todo lo puedes dar.
Minimalismo extremo
Para este trabajo escribió más de 30 temas. “Empecé a componer en enero de 2013 y el disco salió a finales de 2014.
En un video se le ve frente a un piano tocando unos cuantos acordes, en un minimalismo extremo. “Es muy bonito regresar a lo primordial, a lo básico. Una canción se sabe si funciona o no cuando la cantas sólo a piano y voz, si así logras transmitir algo, conmover. Hay veces que con tanta producción y parafernalia uno termina como queriendo parchar una canción que no funciona del todo. Hay que darle y darle hasta que esté al ciento por ciento. Regresar a lo básico replantea la relación entre un músico y su instrumento, sin tanta producción, sin tanto rollo.
En mi caso trato de ser lo más honesta posible con lo que escucho y quiero decir. Deseo ser transparente, a la manera de como tratan la música los cantautores, quienes escriben desde un punto de vista muy personal, el cual se va transformando con los años y con los discos. Es lo mismo con la música que vas escuchando. Me gusta definirme así, como cantautora.
–¿La época influye para que haya un estilo en la manera de cantar en las mujeres, cierta similitud con Julieta Venegas y Natalia Lafourcade?
–Creo que es la influencia natural de las tres. Yo, a mis 15 años, no escuchaba otra cosa que no fuera Julieta Venegas. Muchas de mis colegas, lo puedo decir, también. Somos mujeres dueñas de un estilo y nos aventamos a hacer las cosas. Como Julieta, Natalia y Carla Morrison. Son mujeres que hacen música y su carrera es exitosa a su manera.
–¿La forma de cantar se podría llamar abúlica?
—Sí, sí... nunca lo había pensado así, pero creo que resaltan esas voces, esa manera de cantar. En México estamos acostumbrados a oír voces con mucho vibrato, muy teatrales, grandotas, muy allá, muy afuera, melodramáticas, y creo que cuando alguien no canta de esa manera se dice que lo hace igual. Sí encuentro entre nosotras esa manera más natural de interpretar, como con desenfado, y no tengo nada en contra de lo melodramático. En el pop existe esta onda de no emplear el melodrama.
La cita es en el teatro Metropólitan, el 24 de julio. Boletos disponibles en las taquillas del inmueble y en el sistema Ticketmaster, al 5325-9000.