La presa El Zapotillo, planeada en la región de los Altos de Jalisco, y el acueducto Zapotillo-León, que llevaría agua desde esta zona hasta León, Guanajuato, son promovidos por la Comisión Nacional del Agua y los gobiernos de Jalisco y Guanajuato. En 2009 la inversión prevista era de 7 mil 700 millones de pesos, pero en 2014 se elevó a 16 mil 162 millones, 110 por ciento más, de acuerdo con datos oficiales.

La obra es edificada por la compañía española Fomento de Construcciones y Contratos (FCC) y las mexicanas La Peninsular y Grupo Hermes, mientras en 2011 se concesionó a la también española Abengoa la construcción y operación del acueducto de 140 kilómetros que llevará agua a León, Guanajuato.

La cortina de la presa se ubica sobre el río Verde, que está a un kilómetro de esta localidad, y su recorrido comienza en Zacatecas, pasa por Aguascalientes, Guanajuato y Jalisco. Con el proyecto se busca anegar alrededor de 4 mil 500 hectáreas que sepultarían Temacapulín, Acasico, Palmarejo, Cofradía y El Zapotillo.

El objetivo inicial de la presa es abastecer de agua a León, a la zona metropolitana de Guadalajara y a los Altos de Jalisco, pero el agua no sería en realidad para la gente de León, sino para las empresas inversionistas en el proyecto Puerto Seco o Guanajuato Puerto Interior (el centro de negocios más grande de América Latina) y para las agroindustrias de esa región, indican en un análisis el Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario, el Comité Salvemos Temaca y el Colegio de Abogados.

Con la presa se haría un trasvase; el agua se iría a León, Guanajuato, pese a que la región de los Altos de Jalisco ya sufre escasez en subcuencas de los ríos Lagos, Encarnación, San Miguel, Grande y la presa El Cuarenta. Esto generaría estrés en la producción y en el abasto de alimentos, lo que traería consecuencias destructivas para el tejido social y la economía de la región, agregan. En esa región se produce 88 por ciento del huevo a escala nacional y 22 por ciento de la proteína animal.