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El autor de Tabernarios recibió un homenaje en el Museo de la Ciudad de México

Los poetas sólo dialogamos con nuestros antecesores, magos de la palabra: Lizalde
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Entre los participantes y asistentes a la ceremonia se encontraban los escritores Hugo Gutiérrez Vega y Elena PoniatowskaFoto Francisco Olvera
 
Periódico La Jornada
Domingo 14 de junio de 2015, p. 4

Eduardo Lizalde, uno de los poetas más admirados y leídos de finales del siglo XX y principios del XXI, recibió este sábado un homenaje en el Museo de la Ciudad de México.

El autor de Tabernarios y eróticos y El tigre en la casa expresó que quizás es el más viejo de los poetas mexicanos en este momento, ya que el próximo mes cumplirá 86 años. Al mirar hacia el pasado evocó a todos sus hermanos mayores y amigos que han fallecido, como Salvador Elizondo y Octavio Paz.

Mencionó que hablar sobre la muerte es inevitable cuando la edad avanza, y para los vivientes la es una compañera insustituible. También recordó que cuando tenía 12 años escribió un texto sobre ella y que se le han ocurrido algunos más que aún no publica.

El tema de la muerte es irresistible, inevitable, y todos los vivientes tenemos que afrontarlo como una realidad, indicó el poeta, quien también agradeció la publicación de la antología Algo sangra: aproximaciones críticas a Eduardo Lizalde, lanzado por Ediciones Sin Nombre y el Seminario de Cultura Mexicana.

Después de leer una sección de El tigre en la casa, cuyo título es Grande es el odio, Lizalde evocó a sus antecesores y señaló que los poetas siempre se alimentan de la creación más antigua igual que de la contemporánea, así como de las aportaciones de los colegas.

Sin nuestros antecesores no existiríamos... sólo es un diálogo con nuestros grandes maestros y extraordinarios magos de la palabra y del verso.

Lizalde agradeció los generosos textos de Hugo Gutiérrez Vega, Evodio Escalante, María Baranda y José María Espinasa, quienes participaron en el acto moderado por el titular de la Secretaría de Cultura del Distrito Federal, Eduardo Vázquez Martín.

De igual forma, agradeció a quienes se encontraban entre el público, como Elena Poniatowska, Carmen Boullosa, Antonio del Toro, Ana María Jaramillo y Mónica Bravo, entre otros.

En su participación, el poeta Hugo Gutiérrez Vega indicó que Lizalde es un poeta del interior y al mismo tiempo divertido e ingenioso; para él lo importante también es el placer, por eso su poesía es una celebración de la vida. A Eduardo el mundo lo ha hechizado y a nosotros nos ha hechizado su poesía.

El director de La Jornada Semanal se refirió también a la vida y los trabajos de Lizalde, ya que ha tenido la fortuna de andar con el homenajeado en algunos trechos de este viaje que es la vida. Recordó la inquietud política del poeta y el Partido Comunista, la Liga Espartaco, la relación con José Revueltas, con Enrique González Rojo y, sobre todo, su fidelidad al pensamiento democrático.

Creo que si hay algo que destacar en la actitud y talante político de Eduardo es esa fidelidad al pensamiento democrático; de aquí pasamos al poeticismo, del cual Eduardo, de alguna manera, fue líder principal, y su propia obra demuestran su fidelidad a esa vanguardia.

El amor por la música, la excelente voz de Lizalde y los personajes de su poesía fueron otros temas que abordó Gutiérrez Vega en su intervención. De manera especial, señaló que el tigre de Eduardo es interior, no sólo de la casa, sino del alma conturbada.