El intérprete y su quinteto actuarán con la Sinfónica Nacional en el Palacio de Bellas Artes
La música es una forma de alimentarse, expresa a La Jornada
Sábado 23 de mayo de 2015, p. 5
Elegir entre el saxofón y el clarinete no es un dilema para Paquito D’ Rivera (La Habana, 1948), quien con su quinteto regresará a México para ofrecer un concierto en el Palacio de Bellas Artes, al lado de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), el próximo viernes.
Son instrumentos completamente distintos, como dos familiares muy queridos. Es como una trigueña o una güera: son lindas ambas. No tengo, pues, una inclinación por alguno en particular; depende de la pieza que vaya a tocar, pero el uno y el otro tienen su encanto
, explica el músico cubano en entrevista con La Jornada.
“El saxofón y el clarinete son primos, pero muy distintos. El primero es mucho más agradecido, razonable, dócil y fácil de hacerlo sonar. Además, el público se identifica más con él, porque es mucho más expresivo.
No hay un instrumento fácil, pero sí instrumentos razonables, y el clarinete no lo es. Uno debe estar arriba de él todo el tiempo y preocupado porque puede hacerlo chillar. Pero, ¡qué tal cuando suena lindo! No hay nada que se le equipare.
Dicharachero y con su contagioso sentido del humor, D’ Rivera cuenta del otro lado de la línea telefónica que para él es siempre un gran gusto
visitar y tocar en México, pues el de aquí, afirma, es un público muy especial, muy receptivo para las artes.
Estreno mexicano de Cape cod files
Para esta ocasión –al lado del director de la OSN, Carlos Miguel Prieto–, diseñó un programa variado en el que predominan piezas de su autoría: el legendario Adagio sobre un tema de Mozart, el estreno en el país de su concierto para clarinete, piano y orquesta Cape cod files; la Contradanza, el Vals Venezolano y To Brenda with love.
Respecto del estreno, aclara que se trata de una pieza “un poco peligrosa, por eso la estoy estudiando mucho. Es una obra muy difícil, la escribí para otro clarinetista muy bueno: Jon Manasse.
La verdad es que la escribí contra él, pero ahora es un bumerán que regresa a mí. La hice para la celebración del centenario del nacimiento de Benny Goodman (1909-1986). Es muy divertida.
El intérprete y escritor, pues en noviembre próximo publicará nuevo libro, Cartas a Yeyito, jamás ha creído en la división de la música por géneros y, como Duke Ellington, está convencido de que sólo existe la de buena y mala factura.
D ‘Rivera cuenta que hasta la adolescencia no conocía la diferencia entre la música de concierto y la popular, y que lo mismo, como lo hace hoy, podía tocar Brahms que jazz: Todo tiene su encanto, me gusta probar distintas comidas y la música es también una forma de alimentarse
.
Antes de decir que está ansioso por llegar a México y comer unos tacos al pastor con una cerveza, retoma el tema inicial de la charla y, jocoso, comenta que escribió el libro Mi vida saxual para hablar de su relación con el saxofón.
“Hablar de mi relación con el clarinete es como decidir salir del clóset. Cuando decida hacerlo, entonces haré Mi vida bisaxual”, rubrica en tono divertido.