El pintor difunde las culturas del México antiguo, expresa el titular del Conaculta
Sábado 23 de mayo de 2015, p. 3
Como símbolo cosmogónico prehispánico de la eterna lucha del hombre, el rojo de los lienzos de Sergio Hernández tiende un puente cultural en La Habana, donde se inauguró la muestra Los ardientes, en el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba.
La serie realizada por el artista mexicano, integrada por 22 óleos y grabados, está inspirada en la obra del pintor alemán Matthias Grünewald (1470-1528). Aunque las fuentes de la iconografía son diversas, en su trabajo se reconoce el legado mitológico de las culturas indígenas del sureste mexicano y en ese conjunto utiliza como eje imágenes del fin de la Edad Media, en particular el Retablo de Issenheim, que se encuentra en la localidad francesa de Colmar.
En la obra de Sergio Hernández se conjuga una tradición única de las culturas del México antiguo a la que se suma una visión muy cosmopolita y universal
, afirmó Rafael Tovar y de Teresa, titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), durante la inauguración de la muestra, que concluirá el 6 de septiembre, la cual se inscribe en la edición 12 de la Bienal de La Habana.
Vasos comunicantes
Sergio Hernández, según Rafael Tovar, sigue trazando la línea del arte mexicano milenario y que se integra al arte universal. Creo que no podía haber un mejor espacio para alojar su obra que este Museo de Bellas Artes de Cuba, país con el que nos une una tradición histórica
, afirmó el presidente del Conaculta, donde asistieron el artista, Julián González Toledo, ministro de Cultura de la isla, y Juan José Bremer, embajador de México en ese país.
Por su parte, Miguel Barnet, presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, dijo que mediante la cultura y exposiciones como Los ardientes se confirma que los vasos comunicantes entre los artistas de ambas naciones siguen fluyendo con gran dinamismo.