La Habana.

Artistas de 40 países dan rienda suelta a su creatividad y con sus obras modifican espacios urbanos de esta capital por invitación de la edición 12 de la Bienal de La Habana, inaugurada ayer.

Como de costumbre, la bienal pondrá a dialogar a artistas de diversas regiones y dará voz a quienes padecen desatención en sus lugares de orígenes, comentó su director, Jorge Fernández.

El organizador del acto más trascendente de las artes visuales en Cuba explicó que la cita del 22 de mayo al 22 de junio no tiene sede precisa, pues transcurrirá de manera simultánea en muchos sitios de La Habana para que los artistas creen en función del lugar y el contexto urbanos.

La idea principal es convertir a La Habana durante todo un mes en la galería más amplia del mundo, afirmó y esa intención a la vez constituye una apuesta por lo social, por mejorar el entorno de muchos barrios y con ello la vida de sus moradores.

Diálogo entre arte y hábitat

Según Fernández, la edición 12 de la Bienal de La Habana presentará creaciones en torno al tema Entre la idea y la experiencia, pues la noción que tenemos del arte suele ser muy diferente a la vivencia real del artista.

Un propósito esencial en 2015 es la exposición de los procesos de trabajo en el arte, marcada en pleno siglo XXI por la colaboración.

Con esa lógica, se involucrará a científicos, músicos, arquitectos, bailarines, diseñadores, fotógrafos, cineastas y profesionales de diversas especialidades.

La muestra colateral de la bienal incluye expresiones como danza, música, teatro, cine y literatura, a partir de la riqueza semántica que aporta cada una y al mismo tiempo las relaciones entre ellas.

A tono con los procesos de producción artística contemporánea, la bienal tratará de relacionar múltiples zonas del saber, además de propiciar talleres de curaduría y encuentros para reflexionar sobre arquitectura y urbanismo.

Abrirá espacios al desarrollo de proyectos educativos y a la exposición de investigaciones académicas que contribuyan a la reflexión sobre las artes. Para nosotros es importante la energía de la ciudad, apuntó Fernández e invitó a involucrar a las comunidades en los proyectos y a convertirlos en espacios de socialización.

Cines, parques, plazas, museos, librerías, edificios comunes, esquinas de cualquier calle, acogerán estructuras de disímiles tamaños en rejuego con la intención de fomentar un diálogo entre arte y hábitat.

El directivo también aspira a que las obras expuestas fomenten preguntas acerca de los propios espacios de la ciudad sobre los cuales se crean o erigen.

Según el presidente del Consejo Nacional de Artes Plásticas, Rubén del Valle, la bienal debe hacer accesible el arte a los más diversos públicos para que sea patrimonio de la sociedad.

Los espacios que podrían cambiar de fisonomía son el Pabellón Cuba y la Universidad de La Habana, entre otros.