Barcelona.

Con nueve copas de Europa repartidas entre ambos, Barcelona y Bayern Munich se enfrentan este miércoles en el duelo de ida de semifinales de la Champions en el Camp Nou. Las letras doradas las ponen Lionel Messi y Pep Guardiola, ex entrenador azulgrana que regresa a su casa para medir fuerzas con su más brillante pupilo.

La tensión emocional responde a los dos indiscutibles protagonistas de la cita, que se rencontrarán en un partido oficial luego de que Guardiola dejó el Barça en 2012, cerrando una brillante época en la que logró 14 títulos.

El entrenador se mostró visiblemente emocionado en la conferencia de ayer. Tengo muchos recuerdos y es un gran momento para mí. No es un partido normal, pero estoy por el trabajo. Sabía que este momento llegaría tarde o temprano. La bienvenida será buena y si no, también estará bien, comentó Guardiola con voz entrecortada.

Messi ganó su cuarto Balón de Oro al poco tiempo de que Pep abandonó al Barcelona y no ha vuelto a festejar una Liga de Campeones. Bayern Munich lo vapuleó con global 7-0 en las semifinales de 2013.

El año pasado fue difícil para mí por lo que pasé fuera de la cancha y las lesiones. Por suerte, este 2015 empezó totalmente diferente. Las sensaciones son buenas y estamos tranquilos, explicó Leo en su primera comparecencia oficial desde 2013.

Aprendí mucho con Guardiola e intenté seguir creciendo cuando se fue. No volvimos a hablar. La motivación es el partido, dijo el rosarino, a quien Pep consideró imparable.

Si está, como intuyo que está, no hay defensa ni entrenador que lo pueda detener. Es imposible. Es demasiado bueno. El talento no se defiende, hay que intentarlo de otra manera, expuso el timonel.

Messi, por su parte, recordó que su ex técnico lo estudia todo y no deja nada al azar.

Bayern llega la cita tras la conquista de su tercera liga consecutiva, aunque cayó en semifinales de copa ante Borussia Dortmund, perdió en la eliminatoria al holandés Arjen Robben y vio cómo el goleador Robert Lewandowski sufrió una fractura en el rostro que lo obligará a jugar con máscara.

Las ausencias condicionan a Guardiola, pues Franck Ribéry y David Alaba, otros elementos claves tampoco estarán disponibles.

Barcelona sólo lamenta la baja del defensa Jeremy Mathieu y se siente fuerte, física y mentalmente para retar al único equipo capaz de doblegarlo en las últimas 32 citas europeas en su estadio, aunque en aquella ocasión no jugó Messi.