El Museo Nacional de las Culturas aloja una exposición alusiva a los pueblos de esa zona
Miércoles 6 de mayo de 2015, p. 6
Atavíos confeccionados con coloridas plumas, ornamentos, cestos, vasijas e instrumentos agrícolas provenientes de varias culturas ancestrales forman la exposición Amazonia: pueblos de selva, que se presenta en el Museo Nacional de las Culturas.
La muestra, con unas 140 piezas, conduce al espectador a un viaje por la Amazonia, el valle de inundación más extenso del mundo, formado por las cuencas de los ríos Amazonas y Orinoco, la cual abarca territorios de nueve países: Brasil, Perú, Ecuador, Bolivia, Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam y Guayana francesa.
En ese territorio sudamericano subsisten desde hace más de 15 mil años diversos grupos étnicos que con sus tradiciones y costumbres han enriquecido la región a pesar del embate colonizador y hegemónico de la economía actual.
Hoy, explica la investigadora Tania Bustos, esos grupos habitan en aldeas y están ligados por lazos de parentesco, se dedican a la caza, la pesca y la recolección, combinadas con el cultivo de huertas o pequeñas parcelas en las tierras altas. Incluso habitan en comunidades multiétnicas y poblados mestizos, cerca de los ríos.
Shaman y el poder de viajar
La muestra, dividida en una introducción y seis ejes temáticos, recrea el área cultural amazónica, que comprende un gran mosaico de pueblos que comparten numerosos rasgos culturales, en parte como consecuencia de su adaptación a dos ecosistemas bien definidos: la tierra firme de recursos dispersos, pero siempre disponibles, y las orillas de los ríos
.
En las salas lucen imponentes tocados de plumas de diversos colores y tamaños, collares elaborados con semillas y conchas, instrumentos y vasijas rituales, cestas y cerámicas, así como ejemplos del papel del shaman, como sonajas, maracas, máscaras y vestimentas.
En la sección titulada Entre dos mundos se aborda al personaje del shaman, al que se atribuye el poder de viajar
entre los dos mundos, así como la capacidad de interpretar y manipular signos y mensajes del ámbito espiritual.
El inicio del recorrido es con El don de los pájaros, sección dedicada al arte plumario: tocados, diademas, cinturones y collares elaborados con plumas de tucanes, pericos y otras especies exóticas.
En el área del Don de la serpiente se devela la organización social de los pueblos y la división de las tareas entre hombres y mujeres. Ejemplos de ello son la cerámica y la cestería, estos últimos realizados con bejucos, cortezas, hojas de palmeras y diversas fibras vegetales.
La muestra, curada por Raffaela Cedraschi, concluirá el 31 de mayo en el Museo Nacional de las Culturas (Moneda 13, Centro Histórico). Entrada gratuita de martes a domingo, de 10 a 17 horas.