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Legítimo, el temor de indocumentados que huyen de la violencia, señala tribunal federal

Bloquean política de EU de detener a mujeres con niños que piden asilo

Washington no comprobó que la medida inhiba los cruces fronterizos ilegales

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En imagen de archivo, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, con un grupo de dreamers en la oficina Oval de la Casa BlancaFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Domingo 22 de febrero de 2015, p. 20

Washington.

Un tribunal federal estadunidense bloqueó temporalmente la política de la administración del presidente Barack Obama de detener a madres y niños solicitantes de asilo, práctica implementada para frenar la fuerte migración de indocumentados centroamericanos.

En su mandato preliminar, la corte estimó que las madres y niños que llegan a Estados Unidos de Guatemala, Honduras o El Salvador para escapar de la violencia son objeto de un temor legítimo y, por tanto, pueden esperar obtener protección.

A raíz de una ola migratoria de más de 50 mil niños, la administración Obama decidió el año pasado mantener a los solicitantes de asilo en centros fronterizos en lugar de dejarlos en libertad mientras sus casos eran examinados, como ocurría antes.

Los demandantes, representados por la poderosa Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés), cruzaron la frontera el año pasado buscando asilo en Estados Unidos.

Pero una vez arrestados por los servicios migratorios fueron puestos en centros de detención para, como explica el juez James Boasberg en su decisión, enviar el mensaje de que los migrantes no son bienvenidos.

Boasberg criticó la política del gobierno y dijo que presentó pocas pruebas de que su política de detención cumple los objetivos, es decir, desalentar a potenciales migrantes centroamericanos a cruzar la frontera. Añadió que esa medida causa un daño irreparable a madres e hijos que buscan asilo.

El Departamento de Seguridad Nacional ha estado negando la liberación de estas familias como parte de una estrategia agresiva de disuasión, expresó la ACLU. Al rechazar el argumento del gobierno estadunidense de que la detención de las mujeres y los niños es necesaria para evitar una afluencia masiva que amenazaría la seguridad nacional, el tribunal manifestó que el conjuro de la palabra mágica seguridad nacional, sin más justificación, simplemente no es suficiente para justificar la privación de la libertad.

El tribunal sostuvo que es ilegal detener a familias basados en la disuasión. Es claro que el gobierno no puede privar a las personas de su libertad sólo para enviar un mensaje a los demás, dijo Judy Rabinovitz, subdirectora del Proyecto de Derechos de los Migrantes de la ACLU.

Esta decisión significa que el gobierno no puede continuar encerrando a las familias sin una determinación individualizada de que suponen un riesgo de peligro o fuga que requiere su detención, informó la cadena Univisión en su edición digital.

La migración es un tema político candente de cara a la elección presidencial estadunidense de 2016, con alrededor de 11 millones de indocumentados en el país, según analistas.

Estados Unidos vivió el verano pasado una importante crisis migratoria con la llegada masiva de centroamericanos, entre ellos gran número de niños que cruzaban solos la frontera.

De acuerdo con expertos, esta es una buena noticia para los indocumentados luego de que el lunes por la noche un tribunal federal de Texas ordenó la suspensión de un alivio migratorio anunciado por Obama el 20 de noviembre pasado, lo que levantó la ira de los opositores republicanos.

En tanto, un número indeterminado de prisioneros, la mayoría migrantes con órdenes de deportación, participaron en lo que fue descrito oficialmente como una manifestación en un centro correccional en el condado de Willacy, en Texas, señalaron agencias federales.

Medios locales reportaron que la protesta fue contenida, pero la Oficina Federal de Prisiones indicó ayer que las instalaciones quedaron en un estado inhabitable por los daños causados. Para controlar la situación fueron convocadas agencias policiales de otros condados, que arrojaron gas lacrimógeno.