La bailaora Mercedes Amaya se presenta el martes en Bellas Artes
El flamenco es de mucha pegada emocional, por eso gusta en México
Trae el espectáculo Templanza, cuyo hilo conductor es el sentir
Domingo 22 de febrero de 2015, p. 6
Mercedes Amaya, bailaora mexicana, sobrina de la inmortal española Carmen Amaya e hija del cantaor Chiquito de Triana y de Antonia Amaya, con una amplia trayectoria en el mundo del flamenco, llega al Palacio de Bellas Artes este 24 de febrero con su espectáculo Templanza.
El espectáculo está pensado en el origen del flamenco, pero con su evolución actual, para transmitir el respeto hacia este baile, porque en los años recientes se ha modernizado mucho y a la vez saturado de ejecuciones y de técnica
, dice la bailaora, quien desde hace más de 30 años se ha dedicado a vivir el flamenco.
Desde que comenzó su carrera, en la década de los 80, Amaya se ha interesado en rescatar los orígenes del arte del flamenco y evolucionar en las ejecuciones, pero siempre conservando la tradición.
“Templanza no cuenta una historia, sólo presentamos flamenco cuyo hilo conductor es el sentir de cada bailaor y su evolución en la interpretación”, explica Amaya.
La Compañía Mercedes Amaya, que dirige la bailaora conocida también como La Winy, realizará un recorrido por la historia del flamenco, donde cada intérprete reflejará su manera de sentir y vivir el género.
El flamenco no sólo es un arte, también es una forma de vida, y para Mercedes la magia de este baile reside en el sentir. Es un baile de mucha transmisión; es una herramienta que te permite demostrar lo que sientes y hacerlo llegar a los demás. Te hace compartir tus sentimientos y vivencias, esa es la mayor magia del flamenco.
El auge del baile flamenco en México se debe en gran parte a que la gente es sensible, considera Mercedes, y aunque el público no conozca la técnica puede percibir lo que es de verdad y siente el bailaor o se transmite en el cante.
El flamenco siempre ha gustado en México porque es un país de mucho sentimiento y lo que tiene este baile es de mucha pegada emocional y los mexicanos son superemocionales, se ve en sus letras de canciones, su música, así que el flamenco ha sido muy bien acogido.
La bailaora, que ha pisado escenarios en Latinoamérica, Japón y España, opina que no es malo revitalizar el flamenco y mezclarlo con otros elementos, ya que existen muchas formas de mirarlo
, pero es necesario recordar su origen.
Cada ritmo del flamenco tiene una forma de sentir, una alegría, te lo dice el nombre, es una forma airosa y simpática. La bulería puede ser también alegre con detalles graciosos; una solea es algo serio, le llaman la madre del cante de la soledad y es de las más antiguas.
Considera que ha bajado la calidad del flamenco en México, ya que hace 15 años existían tablaos, lo que permitía a los intérpretes estar en contacto entre ellos y crecer en su formación. La cuna del flamenco son los tablaos y en México se ha perdido esta tradición, ya no hay tablaos.
Templanza con la Compañía Mercedes Amaya se presentará el 24 de febrero, a las 20 horas en la sala principal del Palacio de Bellas Artes (avenida Juárez y eje central Lázaro Cárdenas).