El Programa de Escuela Segura (PES), que opera en más de 53 mil planteles de educación básica en el país, presentó una larga lista de deficiencias, carencias y omisiones, incluso en sus reglas de operación, en las que ni siquiera está demostrado si existen avances respecto a generar un ambiente escolar propicio para el aprendizaje.

De acuerdo con el dictamen de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), en su informe de la Cuenta Pública 2013, la Secretaría de Educación Pública (SEP) no definió de manera clara y precisa el problema público que pretende atender con este programa, no estableció las características mínimas que las escuelas deben cumplir para considerarlas como seguras, no determinó los criterios para definir los municipios y delegaciones prioritarios, no estableció las características mínimas que las escuelas deben cumplir para considerarlas como seguras.

Pero la SEP tampoco definió en qué consiste el fortalecimiento de la seguridad escolar, ni precisó el tipo de acciones en las que se podrían utilizar los apoyos para ese fin; no definió los insumos de seguridad que las escuelas públicas de educación básica deberían adquirir, no especificó qué acciones podrían duplicarse con las de otros programas, ni cuáles serían esos proyectos. Además, no definió en qué consistió la autoevaluación de la seguridad escolar, el diagnóstico estatal de la seguridad escolar, ni las agendas de seguridad escolar.

En una larga lista de observaciones contenidas en la auditoría sobre el cumplimiento de objetivos y metas de dicho programa, la ASF señala que tampoco hay consistencias respecto de las evaluaciones presentadas por las autoridades educativas, y en las cuales a las escuelas que avanzaran en la aplicación del programa tendrían una ampliación de los recursos.

El presupuesto ejercido por la SEP en dicho programa durante 2013 fue de 292.3 millones de pesos, La ASF estimó que el gasto promedio por escuela participante en el programa fue de 50 mil 400 pesos, cifra que ha venido reduciéndose cada vez más en los años recientes, pasando de 90 mil 200 pesos en 2008, a poco más de 50 mil que se invirtieron en 2013.