La infertilidad puede ser motivo de ruptura sentimental en las parejas e incluso, causa de divorcio, señaló Julián Ruiz Anguas, especialista en biología de la reproducción por el Instituto Nacional de Perinatología, quien indicó que este fenómeno va al alza.

En el contexto del Día del Amor y la Amistad expuso que los problemas de infertilidad se han incrementado debido a que las parejas comienzan a buscar un embarazo cerca de los 35 años y, a mayor edad, menor la cantidad de óvulos y de espermatozoides.

Especificó que una pareja que ha mantenido por 12 meses vida sexual activa, sin el empleo de métodos anticonceptivos, y no ha logrado un embarazo es considerada como infértil, y precisó que si se está por arriba de los 37 años no se debe esperar más de seis u ocho meses para buscar ayuda profesional si no se logra un embarazo.

Ruiz Anguas detalló que debido a que las prioridades de las parejas han cambiado, muchas veces postergan los embarazos, y comentó que la infertilidad en ocasiones enfrenta a la pareja, pues uno acusa al otro de ser el causante.

También comentó que la calidad y la cantidad de semen producida en cada eyaculación disminuyó en el último medio siglo.

Algunos estudios han evidenciado que la calidad del semen ha ido disminuyendo de manera importante en las últimas décadas, pues el promedio de espermatozoides en una eyacu­lación era de 120 millones, hace unas cinco décadas, pero actualmente el promedio es de 25 millones. No existe explicación precisa. Hay algunas que apuntan a la alimentación, a contaminantes medioambientales y a procesos infecciosos.

El director de la Clínica de Infertilidad y Reproducción Asistida de Toluca In-FIV mencionó que alrededor de 15 por ciento de las parejas en edad fértil pueden presentar algún problema para lograr un embarazo, pero hace unos 50 años la cifra era de más o menos nueve por ciento y señaló que 55 por ciento de las razones se relacionan con problemas de la mujer y 45 por ciento del hombre.

Dijo que una de las alteraciones más frecuentes son problemas de ovulación y remarcó que con la epidemia de obesidad y sobrepeso este problema se agudiza, pues muchas mujeres obesas dejan de ovular, aunque ello no implique que cese la menstruación.

Sobre el varón refirió que la primera valoración se realiza a través de una espermatobioscopia para evaluar al microscopio la cantidad, movilidad y calidad de los espermatozoides.

Comentó que la infertilidad, dependiendo de la causa se puede solucionar con técnicas sencillas hasta las más complejas, como la fertilización in vitro, y especificó que también las mujeres se debe verificar que no haya un proceso infeccioso (clamidia trachomatis) y que no tengan obstrucciones las trompas de Falopio.