Contratistas facilitaron las operaciones en Las Lomas, Malinalco e Ixtapan de la Sal
Miércoles 4 de febrero de 2015, p. 5
El domingo 9 de noviembre del año pasado, cuando el presidente Enrique Peña Nieto iniciaba una gira por China y Australia, se reveló la existencia de una mansión con valor de 7 millones de dólares propiedad –se decía originalmente– del jefe del Ejecutivo y registrada a nombre de Ingeniería Inmobiliaria del Centro, empresa perteneciente al Grupo Higa.
Esta firma es no sólo una de las principales contratistas del gobierno federal, sino también forma parte del consorcio al cual se otorgó el contrato ganador en la licitación para construir el tren de alta velocidad a Querétaro, con valor de 50 mil millones de dólares, proceso que se canceló tres días después de la revelación sobre la casa a cargo del equipo de la periodista Carmen Aristegui.
Sin embargo, apenas el pasado 30 de enero el secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, informó de la posposición indefinida de esa obra a consecuencia del ajuste presupuestal para este año.
La información oficial de la residencia conocida como La Palma o la Casa Blanca de Las Lomas estableció que su propietaria es la esposa del mandatario, Angélica Rivera.
El 18 de noviembre, la señora Rivera justificó –a través de un video– la adquisición del inmueble con el empresario Juan Armando Hinojosa, propietario de Grupo Higa, porque lo conoció (como a muchas otras personas, dijo), y a quien le comentó que quería conseguir un terreno y adquirir una casa.
Acordaron entonces que una de las inmobiliarias de Higa adquiriera el terreno y construyera la casa a su gusto (de la señora Rivera) y con el arquitecto de su elección. El costo de la misma, aseguró, fue de 54 millones de pesos, de los cuales había pagado ya poco más de 14 millones. Pero ahí mismo anunció su intención de vender los derechos sobre esa propiedad, ‘‘porque yo no quiero que esto siga siendo un pretexto para ofender y difamar a mi familia’’.
El 12 de diciembre, The Wall Street Journal (WSJ) dio a conocer que a dos meses de convertirse en secretario de Hacienda, Luis Videgaray compró una mansión en el Club de Golf Malinalco, con financiamiento de Bienes Raíces H&G, también propiedad de Juan Armando Hinojosa. El costo de la residencia fue de 581 mil dólares (7.5 millones de pesos al tipo de cambio de entonces). Tiene 850 metros cuadrados.
En su respuesta a la revelación del diario estadunidense, Videgaray aceptó conocer a Hinojosa desde hace una década y tener con él una relación social y de amistad. Y justificó: ‘‘No hubo conflictos de intereses. Hice la operación cuando no era funcionario público y la transacción estuvo dentro de los parámetros del mercado’’.
Por último, el pasado 21 de enero el mismo WSJ difundía que Peña Nieto compró en 2005, en otro exclusivo club de golf, éste en Ixtapan de la Sal, una residencia al empresario Roberto San Román Widerekehr, ganador de millonarios contratos en dólares cuando el hoy mandatario fue gobernador del estado de México.
Además, indicaba que a partir de 2012 las empresas de San Román obtuvieron 11 contratos federales por un monto cercano a 40 millones de dólares.
A propósito de ese inmueble, la Presidencia de la República mencionó como explicación que el mandatario ‘‘adquirió legalmente’’ esa propiedad y además hizo hincapié en que no participa en los procesos de asignación de contratos.
Esto último fue de nuevo esgrimido por el presidente Peña, para señalar enseguida: ‘‘En el ejercicio de mis funciones siempre me he conducido con imparcialidad y apego a derecho’’.