El medallista olímpico Óscar Salazar se integró ayer al cuerpo técnico de la selección nacional de taekwondo, con el reto –al lado de los otros dos entrenadores, Alfonso Victoria y el francés David Patrick Sicot– de mantener y mejorar el nivel que ha alcanzado el representativo nacional en el mundo.

El ganador de una medalla de plata en Atenas 2004 y con cinco años de experiencia en la preparación de competidores latinos en Estados Unidos y en Ecuador, explicó que el reto es muy grande, aunque los nacionales tienen tres grandes virtudes que pueden facilitar el trabajo: Calidad, habilidad e integración; se llevan muy bien entre ellos.

El ex entrenador de los taekwondoístas mexicanos en la categoría cadetes expuso que no viene a meter las manos en un proceso que ya está en curso, sino que su integración será paulatina, con la idea de trabajar con todo el grupo para darles apuntes en aspectos técnicos y tácticos.

Destacó que el equipo nacional está consolidado desde hace tiempo y ubicado en uno de los mejores lugares del orbe, por lo que se mantendrá la participación en todos los certámenes en los que se pueda, no sólo con el propósito de acumular los puntos necesarios para clasificar a los Juegos Olímpicos de Río 2016, sino para mejorar su calidad.

Uno de los retos más importantes a cumplir durante su contrato es que al menos cuatro competidores deberán conseguir su boleto para la justa veraniega brasileña, con amplias posibilidades de pelear por el podio.

En su oportunidad, el experimentado Idulio Islas –quien se recupera de una operación en la pierna izquierda– opinó que tener una dirección de tres entrenadores debe resultar positivo, ya que se combinarán conocimientos y experiencias.