La película mexicana 1 para 1 se estrenó en la Cineteca Nacional y en Cinemanía
Junto con Daoud Sarhandi, dirige la historia de un político que atropella a una migrante embarazada
En un mismo set, actores con trayectoria y personas sin experiencia
Domingo 27 de abril de 2014, p. 8
La comedia de humor negro 1 para 1, que explora los límites de la supervivencia y el absurdo juego del poder, se estrenó este fin de semana en la Cineteca Nacional y en Cinemanía.
La historia está dirigida por la pareja de realizadores Carolina Rivas y Daoud Sarhandi. La primera, en entrevista con La Jornada, informa: “La línea narrativa es explícita: un político atropella a una migrante centroamericana, en el contexto electoral de una ciudad sin nombre, ciudad cuya identidad está definida por los colores de una bandera y regida por la ley de la selva.
“Por debajo de esta línea narrativa hay otra, sutil y universal: el concepto del individualismo (de ahí el título 1 para 1: uno para sí mismo), en el cual navega cualquier sociedad en el mundo y cuyo individualismo se ve agudizado en tiempos de crisis, aunque el real valor de la crisis es provocar justamente el efecto contrario: la solidaridad, que también está en la película a través de una figura muy inocente: La niña.”
Específicamente la historia se centra en tiempos de elecciones en México. Un candidato a gobernador atropella a una migrante embarazada. Tras el accidente y para cubrir un posible escándalo, la esconde en un edificio de su propiedad. Presionado por su jefe político y para no arruinar su carrera, el candidato la desaloja. En un estilo no realista, la película se enfoca en las historias que se cruzan alrededor de la mujer.
Es una película radical, con agudeza crítica, que refleja el espíritu de la sociedad mexicana actual.
Las influencias
–Al definir el género de la película, ¿siempre se pensó en el de comedia?
–En un principio era un drama, pero durante el proceso de los ensayos hubo muchas modificaciones que nos hizo a Daoud Sarhandi (codirector y productor) y a mí madurar la idea hasta cambiar el tono, con el objetivo de provocar doble efecto en el espectador: el humor y la autocrítica. Shakespeare señala, a través de su obra, que no hay tragedia sin humor y que no hay aprendizaje sin la aceptación y el reconocimiento; y qué mejor canal que la risa. Es decir, ser capaces de reírnos de nosotros mismos, de ridiculizarnos, es una característica esencial de México.
“Por otro lado, también recibimos influencias de Roy Anderson y Aki Kaurismaki; admiramos su cine por su agudeza crítica, estética y llena de humor, pero al mismo tiempo apreciamos profundamente su línea social y política. Pero la mayor influencia que tuvimos fue la propia realidad de México, a través de los múltiples hechos que vivimos y otros de los cuales fuimos testigos de manera directa o indirecta. Las portadas de los periódicos y sus comentarios nos anunciaban una trasgresión social que producía hechos en la frontera del absurdo, del surrealismo. Se trata de un trastocamiento de la realidad que como mexicanos no somos muy conscientes de observar...
“De manera gradual, fuimos madurando el concepto de la austeridad y la economía de recursos a nivel creativo y de producción hasta transformar el espacio en uno neutro que apelaba por el cine abstracto.
“El cine abstracto es una teoría de Carl Dreyer que difundió en 1964 al hablar sobre el futuro del cine; señalaba que el cine que reproduce la realidad es uno reporteril sin futuro y que el cine que se sustrae de la realidad para expresarla de manera subjetiva es real y permanecerá vivo. Bajo esta reflexión es como se transformó gradualmente la propuesta escénica.
“También el título cambio de Nosotros a 1 para 1. Este cambio fue sugerido durante una conversación sobre la importancia del título. Intentamos buscar un título que revelara de manera sugestiva el mensaje de la película sobre el individualismo e hicimos una alusión irónica de la famosa frase de Alexandre Dumas en Los tres mosqueteros: ‘Uno para todos, todos para uno’, expresando que cada individuo debe actuar para beneficio del grupo. En nuestra película cada uno ve por sí mismo: ‘Uno para sí mismo’ o ‘Todo para mí, nada para nadie’; de ahí la modificación del título 1 para 1”.
–¿Cómo surge la idea de hacer 1 para 1?
–El tema de la inclusión como metáfora y método. Incluir a todos los sectores de la sociedad mexicana que nunca figuran en la pantalla del cine en todas sus dimensiones (la social, la política y la económica, incluidos el humor y la música romántica en su dimensión cultural y sicológica). Incluir elementos que definen nuestro modo de existencia mexicana: el humor negro, la tragedia y la inocencia. Y también la inclusión como método de trabajo nuevo que diera oportunidad a nuevos rostros y talentos.
Incluimos actores profesionales y no actores en un mismo set (personas que nunca imaginaron verse en pantalla grande compartían escena con actores de trayectoria). Inclusión también en proponer un nuevo sistema de rodaje más consciente y orgánico, cuyo inició se gestó en los ensayos (dos años) y concluyó cuando dijimos corte a la última escena filmada.
–¿Qué comentarios has recibido de la cinta?
–Hasta ahora, fuera de México la película se ha exhibido en Londres, Polonia y España. Los comentarios oscilan entre el asombro de lo radical y trasgresor con una sonrisa amarga hasta la admiración por su originalidad y belleza estética en la fotografía y sonido.
–¿Qué expectativas tienes de su estreno en México?
–Una humilde expectación es que sea vista por mucha gente y que la reciban con sincero interés.
–¿Qué aportará 1 para 1 al público mexicano?
–Múltiples lecturas de autoconocimiento y un rencuentro con la propia sociedad... La película se pudo consolidar después de seis años, gracias al apoyo del Centro Cultural de España en México, el compositor y coproductor Joan Barranca y el prestigioso productor catalán de cine de autor Luis Miñarro.