Domingo 6 de abril de 2014, p. a16
Elena Poniatowska conoce a fondo la realidad mexicana como reportera, oficio en el que se distingue por su estilo irónico e irreverente.
Desde que en 1953 empezó a trabajar de periodista ha realizado numerosas y penetrantes entrevistas a personajes de la cultura y la sociedad, publicadas en varios medios y reunidas en volúmenes.
Esas charlas para la escritora y periodista han sido una forma de alimentar sus crónicas y sus novelas. En ellas no parece haber nada más interesante que el momento en que la que interroga provoca en el entrevistado una reacción, una confesión, incluso una broma.
El libro Palabras cruzadas reúne las entrevistas de la escritora a figuras como Lola Beltrán, Cantinflas, El Santo, Tongolele, Juan Gabriel, Salvador Elizondo, Jorge Ibargüengoitia, Ricardo Garibay, Jaime Sabines, Julio Cortázar y Hanna Schygulla, entre otros.
A lo largo de más de 600 páginas, la autora ofrece un panorama de la cultura, muestra la realidad del país con todos sus matices y voces. En esas entrevistas renovó el lenguaje con esa gran habilidad para jugar con las voces del entrevistado, creando un estilo inconfundible en sus narraciones.
Poniatowska trabaja cada entrevista como se construye un texto de ficción y en sus diálogos también se ventilan sus obsesiones, sus curiosidades por los demás. Interesantes son las conversaciones que tuvo con grandes figuras mexicanas, como Consuelo Velázquez, quien termina por confesar que cuando compuso Bésame mucho, ella no había dado un beso.
En la entrevista con Jaime Sabines, el autor de Los amorosos, asegura que no era sociable y se comunicaba mediante la escritura. Para él los poemas eran como una larga carta y esa era su manera de acercarse a las personas.
La colaboradora de La Jornada describe a Ricardo Garibay como un hombre fogoso, que llama al pan, pan y al vino, vino.
Título: Palabras cruzadas: entrevistas
Autora: Elena Poniatowska
Editorial: Era
Número de páginas: 663