París, 6 de marzo.

El ex presidente de Francia Nicolas Sarkozy acudirá a los tribunales para buscar castigo contra la persona que haya filtrado a la prensa local grabaciones en las que se le escucha hablando de asuntos personales con su esposa, Carla Bruni, quien en algún momento de la plática se queja en tono de broma de que su condición de primera dama francesa le impedía –el año pasado– publicitar, como lo hacen Julia Roberts o Sharon Stone, cremas antiarrugas.

Las grabaciones fueron dadas a conocer el miércoles por el semanario satírico Le canard enchainé y por el sitio en Internet Atlantico.fr y fueron hechas por el ex asesor de campaña de Sarkozy en 2011 y 2012, el historiador conservador Patrick Buisson, quien también se declaró indignado por la publicación de conversaciones privadas y anunció que denunciará el robo de los audios.

Tras la filtración, varios políticos del partido de Sarkozy, la conservadora Unión por un Movimiento Popular, se declararon molestos con la publicación de las conversaciones personales de su candidato derrotado en mayo de 2012, pero comentaristas de prensa apuntaron este jueves que las grabaciones no comprometen políticamente a Sarkozy y que, por el contrario, podrían apuntalar su retorno a la lucha político electoral, de cara a los comicios presidenciales de 2017.

Todo lo que refuerza esta imagen de víctima fortalece (a Sarkozy) a los ojos de los franceses, sobre todo a los que votan por la derecha, consideró el politólogo Jean Daniel Lévy.

Sarkozy –derrotado por el socialista e impopular François Hollande– prometió en 2012 que en caso de perder las elecciones los franceses no me volverán a ver en la escena política, pero en las últimas semanas ha reaparecido continuamente en actos públicos y medios de comunicación.

El ex mandatario se reunió con la canciller federal alemana, Angela Merkel, el 28 de febrero pasado, y después de la cita insistió: no tengo intención de poner fin a mi retiro de la escena política.