Moscú, 6 de marzo.

Nadezhda Tolokonnikova y Maria Aliojina, integrantes del grupo Pussy Riot, sufrieron este jueves una nueva agresión, esta vez en la ciudad de Nizhny Novgorod, adonde llegaron esta mañana para defender los derechos de las reclusas de uno de los centros penitenciarios en dicha región rusa a orillas del Volga.

Las muchachas, que el 19 de febrero anterior resultaron atacadas por una patrulla de cosacos en el puerto de Sochi durante los Juegos Olímpicos de Invierno, estaban desayunando a las 7:20 de la mañana, minutos después de haber arribado su tren procedente de Moscú, en un local de comida rápida frente a la estación, cuando un grupo de cinco jóvenes se acercó su mesa y comenzó a insultarlas, mientras un hombre mayor de 40 años lo grababa con una cámara de video.

Acompañaron su exigencia de que se regresaran a la capital rusa –¡lárguense, no queremos que estén aquí, no las necesitamos!, intercalando insultos a su dignidad de mujer en cada grito– de una ruin agresión física: les tiraron encima su comida y cubiertos de metal y les rociaron el rostro con jeringas que contenían zelionka, un antiséptico de color verde, y alcohol.

Por su aspecto, los agresores –algunos llevaban la cinta de San Jorge, símbolo del patriotismo de los soldados soviéticos en la guerra contra los nazis– parecen militantes de alguna organización juvenil afín al Kremlin, indicó el esposo de Tolokonnikova, Piotr Versilov, que estaba con las muchachas, igual que el abogado Yevgueni Gubin.

Se creían héroes y patriotas, apuntó Versilov, y comentó que también portaban cartulinas preparadas con antelación, con más insultos y otra exigencia: ¡Váyanse a Estados Unidos!

Gubin informó que después de la agresión las muchachas hicieron la denuncia correspondiente en la policía, que empezó a investigar los hechos.

Lo ocurrido esta mañana en Nizhny Novgorod quedó registrado por las cámaras de seguridad del local y el video que sacó Versilov con su cámara fotográfica, y un resumen puede verse en este enlace.