Ciudad del Vaticano, 21 de diciembre.

El papa Francisco pidió este sábado a los administradores del Vaticano trabajar con profesionalismo y espíritu de servicio para evitar la mediocridad, las discusiones burocráticas y los chismes que devastan a la cúpula de la Iglesia católica, en su primer discurso a la curia romana con motivo de las fiestas navideñas.

La curia –inmersa en escándalos de corrupción, sexuales y traiciones durante el papado de su predecesor Benedicto XVI– no debe ser una pesada aduana burocrática, controladora e inquisidora ni un lugar de chismorreo, advirtió.

Cuando la actitud no es de servicio a las iglesias particulares y sus obispos crece entonces la estructura de la curia como pesada aduana burocrática, controladora e inquisidora, denunció el pontífice, criticando así las actitudes de condena y control, más que de perdón y apertura, a las diversas iglesias locales.

La santidad en la curia significa también hacer objeción de conciencia a las habladurías. Nosotros insistimos mucho en el valor de la objeción de conciencia, pero tal vez deberíamos ejercerla también para oponernos a una ley no escrita de nuestro ambiente, que por desgracia es el de los chismes, afirmó un año después del escándalo de la fuga de documentos confidenciales, conocida como Vatileaks.

El papa citó las características que debe tener el integrante de la curia –gobierno de la Iglesia que agrupa a unas 2 mil personas, entre laicos y religiosos. Ante todo, profesionalismo, que significa competencia, estudio, actualización. Es un requisito fundamental para trabajar en ella, subrayó.

Cuando no hay profesionalidad, lentamente se va resbalando hacia el área de la mediocridad y los expedientes se convierten en informes de cliché.

Destacó la vocación de servicio a la Iglesia como otra característica, a la que añadió la santidad, la cual implica humildad profunda y caridad fraterna en las relaciones con los colegas.

Más tarde Francisco visitó el hospital infantil Niño Jesús del Vaticano, el mayor en Europa, donde los menores internados le entregaron cartas, en las que expresaron sus deseos, que en la mayoría de los casos tienen que ver con su salud.