Quita a banda de secuestradores dos casas que valen $3 millones
Viernes 20 de diciembre de 2013, p. 39
Chihuahua, Chih., 19 de diciembre.
Por primera vez en la historia de Chihuahua, un juez civil del distrito judicial Morelos declaró procedente la extinción de dominio solicitada por el Ministerio Público adscrito a la unidad antisecuestros de la Fiscalía General del Estado sobre inmuebles confiscados a una banda de secuestradores desarticulada en junio de 2012.
Se trata de dos viviendas cuyo valor global es de tres millones de pesos y pertenecían a la banda Cuadra Esmeralda, cuyos miembros ya fueron sentenciados por secuestro y homicidio. Los bienes fueron adquiridos por los secuestradores con dinero de rescates y los usaban para planear más crímenes y ocultar vehículos.
Las fincas que pasaron a manos del Estado están en periférico Vicente Lombardo Toledano 68,000, colonia Aeropuerto, y en calle Tercera esquina con calle 75 número 7,501 de la colonia Aeropuerto.
La banda secuestraba a dueños de micro y pequeñas empresas de los municipios de Saucillo, Delicias y Chihuahua. Su último ataque fue contra un joven de 16 años, a quien asesinaron porque había reconocido a unos de los plagiarios.
El cuerpo de la víctima fue abandonado en una brecha que conduce al poblado de San Diego de Alcalá, cerca de la capital del estado, rumbo a Delicias.
Los criminales fueron detenidos por agentes de la Unidad Antisecuestros en domicilios de la zona sur de la ciudad de Chihuahua. Uno de ellos es Felipe Eduardo Heredia Sifuentes, líder de la banda, originario de Gómez Palacios, Durango, y de 41 años de edad. Él dio la orden de asesinar al menor. Los autores materiales fueron Jesús Raúl Hernández Ávalos y Javier Andrés García Jáquez.
La ley de extinción de dominio fue aprobada en marzo de 2010 por unanimidad en plena crisis de violencia a causa de la guerra contra el narcotráfico. En esa ocasión el Congreso sesionó en Ciudad Juárez, para enviar un mensaje a las bandas del crimen organizado que se disputaban esa plaza, donde las autoridades no lograban controlar la ola de crímenes.