Pachuca, Hgo., 9 de diciembre.

Decenas de despensas de la Cruz Roja, originalmente destinadas a los damnificados de los más de 30 municipios de la Sierra Alta y las regiones otomí-tepehua y huasteca, afectados por el paso del huracán Ingrid, fueron entregadas como obsequios navideños a los allegados al alcalde de Zimapán, Carlos Ortiz Rodríguez, y de la diputada local priísta, Rosa Guadalupe Chávez, aseveró Arturo Williams Trejo Leal, miembro del movimiento Todos Somos Zimapán.

El activista señaló que los beneficiarios de las despensas fueron los delegados municipales en las 90 comunidades de la demarcación, así como varios líderes del tricolor que dijo conocer y cuyos nombres se reservó, porque no quiero que la denuncia se interprete como revanchismo político. La acción de Ortiz Rodríguez fue reprobada por los habitantes de Zimapán en las redes sociales.

Las cajas con el logotipo de la Cruz Roja entregadas por el munícipe, junto con una botella de vino, suman cien, detalló Trejo Leal. Acusó a Ortiz Rodríguez de realizar una mala administración, pues dijo, elaboró un proyecto de hospital regional que es la mofa del pueblo, ya que en reiteradas ocasiones se ha colocado la primera piedra, pero la obra sigue siendo sólo una promesa.

Trejo Leal criticó: “Mientras el alcalde de Zimapán regala a sus allegados despensas de la benemérita institución que debieron ser entregadas a la población damnificada por el paso de Ingrid, obras prioritarias para dotar de agua libre de arsénico al municipio de Zimapán han sido postergadas o han colapsado por errores de ingeniería”.

Mencionó que por las acciones del movimiento Todos Somos Zimapán se logró que el gobierno de Hidalgo destinara 300 millones de pesos a la edificación de una red hidráulica para las 40 comunidades indígenas de la localidad, la cual no se ha concretado.

Informó que la semana pasada habitantes de Zimapán se presentaron ante el Tribunal Internacional del Agua para denunciar la grave escasez de líquido y la forma en que el anterior y el actual ayuntamiento tiraron a la basura 30 millones de pesos, al construir un pozo contaminado que sólo funcionó entre 10 y 15 minutos.